Silvia Ethel Matus,
Poeta
Señales de alarma
ambiente de miedo
como ratones atrapados
en el laberinto
corremos
atropellamos
acumulamos
consumimos.
Los cuerpos rehenes
en recintos malolientes
los altoparlantes reproducen
desesperanza y sin sentido
la verdad en arresto domiciliar
calladamente la pobreria
se consume en el gris.
En la ciudad
silencio y quietud artificial
cultivada por el viejo/
renovado verde olivo.
Mas siempre la esperanza
ojos y oidos vigilantes
resistentes
que la rebeldía sueñe
que no acabe la dicha
que no claudique el deseo
que la maravilla exista.
A LA ORILLA DEL ABISMO.
Silvia Ethel Matus Avelar
I.
Campana de silencio que cubre las huellas vitales
los abrazos que no serán
el beso que se estrella contra el vacío
los museos y los teatros yermos
los bares y su murmullante humo
silenciados
y la bota y el grillete
por el que debemos estar agradecidos.
Fieras somos ahora
olfateando el peligro en la llanura
alertas
devorando insomnios
musitando rezos
recordando la vida postergada
los amores idos
lxs hijxs en su transcurrir
la renuncia de los sencillos apegos cotidianos
ralentizamos sueños
somos sombras higienizadas con vapor de olvido
y el deja vú cuando tropiezas con un tanque de guerra
II
¿En esta distopía realizada hay una trampa?
¿Hemos regresado al lugar donde se incubaban
cadenas silenciosas y las
ceremonias del deleite cotidiano
muchas veces las unas sin el otro?.
¿Se trata de volver al tiempo de las ancestras
recluidas mientras el hombre proveía la caza?
Solo sé que manos de mujeres
armadas de crayolas y fantásticos relatos
sosiegan a las crías
besan con ternura sus sienes
conjuran el derrumbe…
mientras todo está en pausa.
III
Incierta mi vida ahora
solo pido que recuerden que mi musa fue la vida
y la palabra mi cómplice.
y no olviden los nombres de las guerreras
con batas blancas o delantales coloridos
detrás de ordenadores
mostradores de supermercados, de
alimentos ventas de verduras y en boticas
Que los siglos venideros revivan sus hazañas
cuando la especie estuvo a la orilla del abismo
cuando soñábamos con esperanza aires de primavera.