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POEMAS DE “DESPOJOS DE LA LOCURA” DE ALFONSO VELIS TOBAR

Parábola del 

oligarca justo

                                           In memoria de

                             Enrique Álvarez Córdova.

En  aquel tiempo se considere lejana leyenda 

A este hijo de industriales terratenientes 

Al Jugador de Futbol y de Polo educado en el extranjero

Creció como todo niño pero no como crecen 

Los hijos de los pobres “A la buena de Dios”

Hijo de esas mamás que recomiendan

“No me lo vayas a descuidar por favor

Por lo que más quieras”

Educado a las costumbres de su clase

Alimentado con cucharas de plata

Vestido de satín y terciopelos de lujo

Luciendo relojes labrados de oro   

Y el padre lo enseñó a manejar sus bienes 

Con el fin de que hiciera más bienes 

Con la fuerza de trabajo de los pobres 

Pero cuando aquel oligarca hubo crecido

Vio  a su alrededor la injusticia con dolor 

La desigualdad social entonces

Repudió las costumbres de su clase 

Quiso cambiar todo mal estado de cosas

Aquel hombre  sin ambiciones explotadoras

Generoso de corazón construyó en su tierra 

Escuelas clínicas una despensa familiar 

 Repartió sus tierras a manos de los pobres   

 Volviéndose abanderado de su pueblo   

Por entonces fue condenado por su clase 

Al cadalso de la muerte y la tortura

Esta es la parábola del oligarca justo

Que intentó bajar el cielo de un asalto

Que murió en el altar del sacrificio

Que resistió a pesar de las adversidades

Y se volvió un abanderado de la rebelión 

Y ¡“únete pueblo”! fue a la calle a dar el grito  

Unidos a la lucha junto a  los más humildes

Parábola  del 

sembrador de 

estrellas

                                           In memoriam del amigo 

                                          Shafik Jorge Handal

                                

Hay un cosechador de frutos

Y  quien dio mucha guerra 

Quien daba dolores de cabeza

Quien dio mucho que hacer 

A cruentas  tempestades 

Es la semilla del sembrador

De cuya manos brotan

Los trigales nuevos

El sembrador de las flores buenas

A quien ninguna aspereza mitigaba 

Le  flaqueaba nada doblegaba su alma

En su militancia de abnegado patriota

Pues sus ideales seguirán

Porque su ausencia hoy 

Es presencia entre nosotros

Sus latidos siguen latiendo

En los sueños de asaltar el cielo

En que  hasta el final de los días  

Vivió  con disciplina y austeridad

Es aquel quien en su  clandestina lucha 

Se llamó Pedro, Martin, Juan, Sebastián,

Santiago, Luis, Abrahán,  Raúl 

Y desde 1979 se llamaba Cmdt.  “Simón” 

Nombre de  guerra del hermano Schafik

Comandando allá por el frente heroico  

Porque cuando canto mi loa con alegría

 Recuerdas aquel ron brindado en casa 

De la comadre Julia a la hora clandestina 

En el silencio tú presencia inesperada

Canto épico de Juan Pueblo somos

Eres otro  heredero de Farabundo Martí 

De Anastasio Aquino de Chico Sánchez 

Y Timoteo Lúe y  de Miguel Mármol… 

Quienes dejaron su jornada de lucha

Ya escrito en los anales de la historia

Por la patria en su lucha de labrar el futuro

 Pues mañana seguirá sembrando ideales

 Por  los humildes  cosechando  estrellas 

Desde joven  aguantó  el régimen bestial y carcelario  

De buitres y chacales acechándolo de muerte

De  ejércitos venales de gobiernos tiranos 

Escuadrones asesinos también 

Desaparecieron a su hermano

Perseguido político sufrió el dolor la tortura 

La represión  la cárcel los exilios 

Nunca lo dejaron en paz

Pues siempre estaba siendo venadeado   

Y con sagacidad de lince olfateaba al enemigo 

Tenía un aire de Robín Hood y Espartaco  

Asumió la dirección del Partido de los pobres

Ave que supo burlarse de los buitres 

De la política parlamentaria 

Que son como telenovelas cursis 

De chambres de títeres que bailan al son

Pero vamos sin amedrentarnos contra los manoseos 

Del imperialismo a nuestros pueblos

Es aquel hombre cosechador de frescos frutos

Cosechador de cruentas tempestades 

En sonoros campanarios de consignas 

 De guitarra  de  canto embravecido por las veredas

Labrador  de las luchas por la justicia social

 Y la libertad anda de combate en la montaña

Es aquel que seguirá dando dolores

Es el sembrador de  las  estrellas nuevas

Siempre será otra luz que no  se apaga

 Nunca ni en los anales de la historia. 

Estampa de dolor

No me preocupo por Dios

Ayer vi una pobre  viejecita tan débil 

Tan solo un leve viento podría derribarla 

Bastarían las alas de una mariposa 

 

Me acerqué a mitigar su hambre  

Con sus trémulas manos sacó 

Su rosario su camándula

Me bendice en  señal de la cruz 

Toca mi frente dice jerigonzas

Que ni entiendo y ensaliva sus dedos

Y vuelve hacer la señal de la cruz

Me basta con lo que tengo nada más

Los sentimientos de la viejecita 

 Tiernos humildes de ojos  llorosos                                                                                                                                     Mar de dolor y amarguras siento

Me basta con lo que tengo

Pienso en aquella viejecita

Vestida en triste desconsuelo

En deterioradas ropas

Es un  cristal de lágrimas

Da grisma mirar sus harapos 

Desnutrida su noble mirada

Flaca tísica heroína de la miseria

 Me abruma el corazón 

Mi  alma llora su desgracia

Que injusta la sociedad del poder

¡Pero ahí vamos dice la gente!

¡Entre ambiciones y odios de clase!

(¡Es una mierda el capitalismo!) 

Ante regímenes de malos buitres 

¡Ente inhumano depredador! 

Ver también

Campiña. Foto de Omar Barahona. Portada Suplemento Cultural Tres Mil. Sábado 9 de noviembre 2024