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Poemas de Elisabeta Botan

Elisabeta Botan

Nació en Rumanía en 18 de mayo de 1972.
Se  ha enamorado del género lirico desde a una temprana edad, troche cuando la poesía anidó en su alma sembrando rasgos feministas. Siendo adolescente, illness ha ganado numerosos concursos de cuartetas, decease organizados por la Radio Rumania de la Juventud, en directo y con rima obligatoria.
En el año 2002 se establece en España y empieza a hilar sus sueños literarios. Aprende el español al nivel nativo de manera autodidacta, con la ayuda de los libros de gramática.
En el año 2012, debuta como poeta, tras ganar varios concursos literarios de lengua española y también empieza a traducir, tanto de español a rumano y de rumano a español.
En la actualidad, colabora con varias revistas literarias que pertenecen a la Unión de los Escritores de Rumanía y algunas revistas de España. Sus poemas y sus traducciones han visto la luz de la imprenta, en libros y revistas de varios países: España, Rumanía, El Salvador, Irlanda.

LA POETISA
Soy aquella que arde en la hoguera de la palabra.

TU AMOR
Un cuadro con naturaleza muerta
(y flores).

DETRÁS DE TI
Un collar de ausencias
un amor vergonzoso
y un horizonte en ruinas,
donde habita tu propia muerte.

ESPEJISMO
En el alba del instante
me cogiste de la mano,
y hemos ido corriendo
a ciegas por las sendas de las palabras.
Hasta que
nos hemos perdido
en un comienzo de mundo.

De tu mirada
me has tejido
vestimenta de gala…
Y yo,
como una Eva,
te tentaba
al hurto de las cerezas…

Más tarde,
el asombro del ocaso
nos ha esculpido
en el aroma de las cerezas.

APOCALIPTICA
Se
han
quebrantado
las
compuertas
de
la
eternidad,
los
instantes
caen
angulosos
sobre
los
abismos
de
las
palabras.

YING Y YANG
¿Quién soy yo?
¿Quién eres tú?
Yo soy
el despertar
de aquel grito
crucificado
entre sílabas
en las tinieblas del tiempo.
Yo soy…
la peregrina descalza
cruzando
los desiertos del cielo
para descifrarte
más fácilmente
tus propios enigmas.
Reúno las sombras de los caballos
en vestimentas de reina
para redondear el mundo
en un bocado de manzana.

Coge mi mano
en el temblor de las ascuas.

Batir de alas…
¡Vuelo sin cadenas!

MUJER
Soy una partícula
que no encaja
en la realidad del hombre.
Mi sombra
se quedó en su alcoba
desde la primera vez
que me entregué
en la desnudez del amor.
Voy tejiendo
mi dignidad
con franjas
de dolor y luz,
volando
con alas de luto
sobre los cementerios
de sueños asesinados
por la tortura.
La iglesia
bendice
al hombre todopoderoso,
mientras la mujer
se aminora
por el derrame
de amor
que brinda a la vida.

POEMA EN
EL VIENTO
Hoy me desperté
vestida con tu poema,
tejido con hilos de brillante retórica.
Resulta raro
cómo me hace parecer
mucho más bella…
Pero huele a absenta
y no es mi medida,
me aprieta en el pecho
justo en aquel lugar
donde anida el alma.

ESPERA
Has
vuelto
tarde,
demasiado
tarde,
justo
cuando
el
instante
rebelde
ha
vencido
la
eternidad.

LÁSTIMA
teníamos una cita
al lado de la cruz de la de verdad
y has prometido
devolverme
mi ropaje tejido
de mi propia esencia
y luego
te mostraste
ausente y abstracto
y el instante
incomprendido y abandonado
se ha suicidado
en los brazos impotentes
de la mudez

ENTRE
LÍMITES
soy la piedra
olvidada al margen de la hita
entre la línea del cielo
y la de la tierra
que recoge el agua
de la canción de la lluvia
y acaricia
las raíces escondidas
del árbol
que madura los sueños
para que no los cubra
la telaraña de la mudez

AZAR
Dios
camina
descalzo
sobre
mi
alma
la
amasa
y
la
amasa
hasta
que
cobra
forma
de
luz.

ATAVISMOS

La historia en su vahído, tras los visillos bordados con hollín;
vistas cansadas clavadas en el barniz de la falsedad,
y el despertar del día herido por la traumatizante espera.
La centella yace enterrada hondo en la ceniza de los siglos.

VOLVER A LA INFANCIA
Quiero volver al sueño que habitan las flores de cerezo,
con la mirada pegada al ventanal del horizonte,
donde la magia de cualquier instante
puede abrir la puerta de la eternidad.
Quiero volver a correr por la estación de la lluvia,
esconderme en las caricias de sus gotas ,
abarcar en el vuelo el arcoíris de mi inocencia.

ABANDONO

Más  exangüe
que una flor marchita.
Relegada al olvido
en la penumbra
del vaso
que fue
vaciado con sed.
Soy el casco
que te faltaba
del mosaico
que refleja
tus amores fugaces

AMOR

Nos hemos abrazado como dos arco iris,
y hemos sellado el horizonte, con un sólo beso.

HAS ABIERTO LA CICATRIZ

No me ensucies más con suposiciones,
déjame perdida en el desierto del dolor
para bañarme en las aguas saladas de la soledad.

Mis parpados están pesados por las lluvias secas
mi boca esta masticando el sabor del hastío
en un tiempo que no encuentra su arena.

ELUCUBRACIÓN

No hay vuelta atrás
en la tierra de donde han sido desterradas las estrellas
a la vez con la muerte de la arena.

La mudez llora a carcajadas
sobre el tronco amputado del cedro.

REINVENCIÓN

El amargor  se deja devorar solo con el plomo del tiempo.
Las palabras salen ahogadas por la cera caliente de los días;
cuando la lejanía recoge todos los contornos y les da
forma de brumazón.
Luego el ocaso cierne su propia ceniza sobre la herida abierta.
A veces el final es deseado como la única salida posible. (Nadie sabe
lo que hay más allá del punto.)
No te engañes, el final no es una forma de clemencia divina,
él es parte de lo habitual de la misión y nunca llega antes del tiempo.
En desierto el aullido pagano del lobo deja su eco atravesar la niebla.
Desde el montón de polvo que has llegado a ser, te levantas la voz a ti mismo:
—”¡Antes tienes que morir, y apenas luego te van a crecer las alas!”

CANTO

El ardor presagioso de la lluvia fluye bajo la piel.
Caricias afiligranadas, soplillo de viento al encuentro de los rayos,
los pensamientos enredados bajo cerrojos de silencio.
Las profundidades se mueven, acordes de lira, los temblores.
Los cuerpos encendidos en asimiento, el baile de las llamas.
El montón ardiente de carne a la intemperie del placer.
Cielo o tierra, lo mismo, en un tiempo suspenso.
La lluvia de las profundidades soltó su cinto de colores…

LEPIDÓPTERO

Has besado el temblor de mis pétalos;
y te perdiste en la caótica danza del viento.

El espejismo quebrantado en la soledad de la lejanía

CUADRO DE ARENA

El viento mece mi deseo
agarrado al encaje de la lejanía
en el camino que no conoce tus pasos
mientras el sol resignado
acaricia mi soledad

FURIA

Para RR

Sufres.
Sufres locamente.
Sufres porque nadie te entiende.
Clavado en los andamios de tu imaginación,
miras a toda la gente con susceptibilidad.

De allí, de la altura de tu cielo,
arrojas de vez en cuando onomatopeyas sobre aquellos
que pasan de casualidad por tu vida.

ILUSIÓN OPTICA
Para GBB

Él, armador
en los mares agitados de misterios.

Ella, bailarina
sobre un pañuelo robado del viento.

ROTURA

Para Sofía Rodríguez García

Se han deshilado las cortinas de lluvia
con su bordado de trasluces del cielo

La ventana oscura
acaricia su lamento petrificado

Y tú,
tú recoges
en la halda las huellas de tus pasos

LA MEMORIA DE LA DESMEMORIA

La memoria del tiempo roe los fósiles de las heridas.

Me he alimentado con la ceniza de viento
hasta que he aprendido el esplendor de la muerte.

La vida ha vuelto conmigo después de enamorarme de la muerte.

Mis venas cobijan las lluvias de granito,
sus relámpagos apagan mi sed.

He caminado en la oscuridad
hasta que se hartó de mí
y me vendió a la luz.

RUINAS DEL TIEMPO

Desde una orilla donde el pasado
inundado queda por la desmemoria
me llamas para recoger mi inocencia
malgastada en los ojos del cielo…

Apoyado del tronco seco
de cedro
me haces señales con la mano.

El horizonte ya no te reconoce,
te corta los gestos que
en la extensión de sus alas
no entiende.

CAZA

Las flechas de fuego han quemado
los campos llanos del mito.

El cazador vestido de negro
ha sembrado bosques de eucalipto arcoíris.

La diosa herida
arrastra su lamento en el Valle de la Desmemoria.

LA INOCENCIA SAQUEADA

Para Angélica Santa Olaya,
admirable mujer y poeta,
incansable luchadora para los derechos de las mujeres.

¡Ay, niña, ay!
Ay, niña, que llevas pétalos de flor en la mirada.
Y luces de sol llevas en tu cabello.
Ay, niña, que te mueves con la transparencia del viento.
¡Ay, niña, ay!
Ay, niña, como te atisba el hombre con alma de infierno.
El hombre con alma de infierno y brea.
Como te atisba el pecado de muerte.
Como te atisba el pecado olvidado de dios.
¡Ay, niña, ay!
¡Ay, como te obliga a ser ya una mujer!
¡Ay, como vierte sus pecados en tus frágiles muslos!
Pecado de muerte.
Pecado de infierno y brea.
Pecado olvidado de dios.
¡Ay, niña, ay!
Tu llanto nadie más escucha,
dios duerme.
¡Ay, niña, ay!
Desde ahora, tu paso tiene huella de pecado:
pecado de muerte,
pecado de infierno y brea,
pecado que no es tuyo,
pecado olvidado de dios.
Ay, niña, ay!
Ay, el templo de tu inocencia apesta a pecado:
pecado de muerte,
pecado de infierno y brea.
pecado que no es tuyo,
pecado olvidado de dios.
¡Ay, niña, ay!

EL MUNDO DE NARCISO

No hay luz de estrella que pueda tocar su cielo.
Ni las luciérnagas conocen sus jardines.

Si, al azar, vas a pasar por allí  tienes que vestir de apariencias,
sin apartarte del sendero del trasluz;
no abrir los ojos.
—Cualquier tipo de destello es peligroso—.
Cualquier movimiento tiene que ser pensado
y sumiso a la gimnástica del ballet
—de cualquier soplo puede surgir un vendaval—.
No hables
–allí, solo habla el fantasma del Eco-.
Y, si llegas a la fuente del mito,
aléjate enseguida:
el juego de los espejismos siempre es mortal.

LA HUIDA

Tras las huellas de mis pasos,
los mundos vestidos con sombras de dioses y monstruos.

El brillo de mi cabello
oculto a la raíz del cedro.

Que no me persigan las mariposas de la noche.

Mis heridas amontonadas
en el cofre de fuego del tiempo.

He partido sola a desenredar los senderos del desierto.

He inventariado mis temores,
me llegan como para rescatar mi valentía…

MÁS ALLÁ DE LA FALSEDAD

Lejanías enredadas en tus brazos de niebla
y falsos murmullos
ahogan el día en el mar.

El vuelo de las gaviotas alumbra ecos
para despertar el cielo que duerme sobre la línea del horizonte.

Tu rostro desfigurado por tus propias palabras.

ONTOLOGÍA

Nos hemos cruzado en la utopía;
en una secuencia anacrónica.
Ibas vestido de niebla y humo,
pisando prepotente
sobre tu propio desierto
arañando el espejo del horizonte
hasta que sus aguas se apagaron.

Incognoscibles abismos
absorbieron mi historia y el misterio.

Se han roto todos los relojes de arena.
Y me despierto vestida de caos.

ME GUSTARÍA SER…

Me gustaría ser la gota de rocío
que luce suave sobre la hierba.
Me gustaría ser el rayo de sol
que se baña en el perfume de la rosa.
Me gustaría ser la gota de lluvia
que besa la tierra, antes de derramarse.
Me gustaría ser el vuelo alto de un águila,
siempre enamorada del cielo.
Me gustaría ser la ola
que en su mecer recoge el oro del arena.
Me gustaría ser el misterio
de la primera estrella que asoma en el cielo.
Me gustaría ser el instante sublime que toca la eternidad.
Todos estos, a la vez,
me gustaría ser…
Pero yo, no soy más que un alma
siempre enamorada del sinfín del mundo.

BÚSQUEDA
Huellas de pasos,
sobre la arena de los relojes
que buscan todavía,
a través de una dimensión,
con recuerdos suspendidos,
sobre el temblor acompasado
de la aorta
empeñada
en fabricar esperanzas,
sublevada contra la soledad.
Instantes perdidos
en el abismo de las no-palabras
desembocadas por el viento,
al borde del Mundo.
Sentimientos deformados,
que no pueden ser reciclados
en el taller
del maestro Tiempo.
El milagro del Amor
suplica otra oportunidad
a la Vida apresurada
de mudarse en el Cosmos.

RESIGNACIÓN

He dejado de creer
en el milagro del anáfora
He dejado de creer
en tus palabras de fuego y viento
He dejado de creer
que podrías escapar de la red de tus debilidades
He dejado de creer
que podrías dibujar la eternidad sobre el lienzo del instante
He dejado de creer
en los sacrificios de los altares del amor
He dejado de creer
que existes…

Ver también

Nacimiento. Fotografía de Rob Escobar. Portada Suplemento Cultural Tres Mil, sábado 21 de diciembre de 2024