TERESA DEL BOSQUE POESIA
PARVEDAD
A media noche siempre vengo
al cementerio de las lluvias
y me abandono en el confesionario de mis culpas
Me desnudo
cual niña decidida
a lanzarse por la borda de los miedos
mientras voy descalzando las palabras
que le vendo por catálogo
al esmirriado salón de esos niños
que se le escaparon a la delincuencia
Aquí
me siento más liviana que el vacío germinado
en el hueco del pecho
Aquí, donde solo existe
la eterna audición de atoradas langostas
en el caracol encerado
del tímpano
Aquí no tengo que ser
gente de papel
reciclado
rutinario
Aquí me quedo
hasta que se descalcifican de mundo
mis harapos
Mañana volveré a cargarme
de bocas hambrientas la sonrisa
a venderla al mismo precio
al mismo público exiguo
hasta que me den de baja
los buitres del gobierno.
CUESTA SER VOS
Con el párpado entreabierto del sol
te lanza la madriguera
al ruedo de la vida
donde te hacen la radiografía
los zopilotes que saben tu destino
tu hora de regreso
listos para devorarte en el camino
si te duermes
mirando las estrellas
La supervivencia está a la orden del día
frente a los postes de la esquina
las antenas en los balcones
los resentidos de antes
hoy jueces de tu vida
Afuera tienes que sacar la reserva
para llegar a contar
los cuentos de la abuela
Porque afuera
te metes entre las patas de las bestias
donde tienes que ser roca
o ser uno de ellos
Cuesta lo fácil
en esta tierra de leones:
ser bueno que malo
ser verdadero que falso
ser mujer que feminista
Cuesta ser claro que oscuro
amado que temido
gente que animal
En estas circunstancias
donde el producto del patriarcado
heredado inconsciente
me aplasta más que a ellos
cuesta ser mujer… buena.
MEMORIA DE ADOBE
Nunca fue clara
la sangre en el arroyuelo
del jardín
A las doce
se escuchaba el retozo del engaño
entre los brazos de la bella Sihuelut
En el tejado
gruñía la sombra
fragmentada de chillidos infrarrojos
devorando capulines
─ ¡Ahuuuuuuu!, en la parra de bambú
Volaba mi holograma
hasta la vuelta del cadejo
y veía la hermosura de esos seres
temblorosos del sol
temblorosos del grito de la gente
de la piedra
del machete
de la vara
del amanecer
Pesaba el miedo en el tímpano
hasta mi memoria de tierra
que mañana sería
la más hermosa de mi polen.