¿Qué soy: una roca, un árbol, un puñado de arena…?
¿Cómo cerrar los cerrojos
a esta inmensidad llamada
amor, cielo, paraíso?
¿Cómo dejar de pensarte
cada hora, cada minuto,
cada segundo del día
si te vuelves más presente
y con insistencia tierna
te adhieres a mi existencia?
Sencillamente tendría
que ser una roca, un árbol,
algún puñado de arena
o un viento soplando del Sur
para no sentir este amor,
de tan dulce y de tan suave
que es, devora mi corazón.
Para H. Lammar, la bella actriz de «Sansón y Dalila»
Martes 08/11/2016, 11: 26 p. m.
La respuesta
Agitaba sus pañuelos blancos la tarde.
Inconfesable el Tiempo. Inconfesable el Hombre,
mareado en su propio vértigo. Caído
y maniatado por su locura temporal
cree que las hojas, navegando el marino
viento le confesarán la verdad a Hipatia.
La cordura vuelve, vuelve con mucho ímpetu:
«¿Cómo es posible que tanto, pero tanto amor
no sea confesado a la mujer querida?»
Sean tantas las dificultades que pase,
yo le escribiré al viento. Los vientos de octubre
serán mi oráculo de Delfos. Responderá
con la infinita verdad: «La Matemática
es mi pasión… y la Filosofía, también.
Amo la Literatura, jamás el amor.
Para Hipatia
Viernes 11/11/2016, 12: 23 p.m.
Distante la niñez, niñez deseada
Nunca pensé que tu niñez
te dejara, a propósito,
tan pronto. Quizás deseé
en mi inconsciencia que fueras
por siempre niña, que el Tiempo
detuviera las agujas
del reloj. Pero ese Tiempo,
muy fiel a su propio tiempo,
hoy, de nosotros se burla.
Cómo hubiera deseado
que no crecieras. Luego, así,
sería tu compañía
en el trayecto al colegio.
Ya no podría ni puedo,
porque te volviste mayor.
Hoy te acompaña una marcha
de pasos, que son mis pasos,
camino a la universidad.
Para Andrea María
Sábado 19/11/2016, 5: 49 p.m.
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