TELEFONEMA A CLAUDIA LARS
(Poeta que vive en el cielo)
Aló, señora Claudia,
doña Ana no está aquí
y yo quiero compota
de nardo y alhelí.
Doña Ana, la de siempre,
se esconde en su jardín
para mezclar fragancias
de menta y de jazmín.
Yo quiero que doña Ana
me preste su candil,
para alumbrar la estancia
donde se hospeda abril.
Que guarde en su alacena
la fe del nixtamal
y los colores lindos
de todo su rosal.
Yo quiero ir a la huerta
de torontoronjil,
para ver a doña Ana
con pantalón de dril.
Señora doña Claudia
le quiero preguntar,
si a la huerta encantada
me puede acompañar.
Es que sin su presencia
la puerta no abrirán
y si no llego a tiempo
las lluvias no vendrán.
Escúcheme, señora,
yo la voy a esperar.
Por lo que usted más quiera
no me vaya a fallar.
Y así, las tres juntitas
repartiremos miel,
donde se abre la rosa
y se cierra el clavel.
EN MI CASA
En mi casa tengo
mágica cigarra
que recita y toca
violín y guitarra.
Tengo un pajarito
que suena tambores
y canta canciones
de todos colores.
Y tengo un perico
que no se me pierde,
porque ese perico,
donde quiera es verde.
Maura Echeverría