Nació en Tegucigalpa Honduras, clinic 1989. Estudiante de Antropología en la UNAH. Ha participado en diversos festivales.
A cada cual
su condena
Emisión especial, cialis artículo 1821:
«Las calles del país solo serán pobladas por personas felices»
…Luego vino el vacío, en los cuarteles se repetían
mecánicamente dos preguntas:
¿Delito?
Romper el orden y silencio por la no felicidad
¿Condena?
Degollamiento lento
¿Delito?
Gastar irreverentes suelas de zapatos
¿Condena?
Quiebre de rodillas
¿Delito?
Acciones por la unidad de los no felices
¿Condena?
Desmenbramiento
¿Delito?
Cuestionamientos al artículo 1821
¿Condena?
Extracción de máquina de ideas
¿Delito?
Gastar tinta en nombre de la libertad
¿Condena?
Córtenle las manos
Y así, así, así
hasta que ni los verdugos habitaron las calles del país.
Amanecer
La luz no alcanza
a atravesar las paredes,
el celular tiene media hora
avisando que sí, sí amaneció
(en algún lugar menos acá),
los zopilotes ladrones del canto
revolotean las láminas
y yo me lleno de espanto,
el espanto de respirar;
sus alas de fuego
llenan mi cama de cenizas
y yo me apago, me apago.
¿Quién acaso podría no pudrirse
en esta ciudad, en este cuarto, en estos huesos?
Chiquita
Escribo desde tus entrañas
contagiada de los múltiples ojos de muchachos
que caminan como Adonis
hasta volverse espantapájaros.
Y lloro chiquitita mía
me es inevitable
ante esta sensación
de saberte distinta.
La luz aún amanece desconocida
eres letra, baile, pintura
exhalas jazz y yo no puedo sonreír
¿Hay algo que no tengas bella mía?
Eres la ternura, el abrazo de Dalton
y yo no puedo saborearte.
Debí escribirte antes
cuando eras distancia
ahora chiquita
sé que siempre tomo mi lápiz a destiempo.
Un país que hace honor a su nombre
A Soad y a los y las estudiantes de secundaria asesinados en esta y tantas luchas.
Una no puede decir hijo de puta
en los poemas,
dicen que suena feo
(hay gente que lo dice)
pero no pasa más que de asuntos estéticos.
Una no puede decir hijo de puta
frente a la abuela
(frente a casi ninguna)
le sigue la manotada si pronuncia esa palabra.
Pero una jamás, si, jamás
debe decir hijueputa a un ministro
y si es de educación menos
no se le ocurra tal palabra
si vive en Honduras
le van a buscar, secuestrar,
torturar, asesinar y encostalar,
y las noticias, bien gracias,
acá no pasa nada.
Es casualidad que aparezcan
cuatro estudiantes asesinados en una noche
luego de semanas de protestas,
es que no tenemos responsables
a saber en que andaban,
será que andaban diciendo hijueputa
en canales televisivos
o tirando piedras
(Santísimo, que pecado).
Pero no pasa nada
ya vendrá otro mundial
o la novela de las siete
total quien aplica la justicia
en este país
es un buen hijueputa.
¿Me harás el favor de ser feliz?
Y lo admito de alguna forma
siempre vas a ser mi preocupación,
solo quiero que la vida te trate bonito.
¡Que tengas suertecita!