ESA CALLE
En esa calle la noche ladra como perro sin hueso, viagra
los pordioseros insultan sus manos vacías
y un puñal y el hambre
cumplen su pacto de solidaridad.
En esa calle los muertos acaparan las cámaras, sovaldi
un loco desenreda polillas bajo la luna
que oculta su luz de espejo.
Una muchacha con mirada de Medusa
enreda su musgo sobre una cama de pita
con piedras de crack en sus pupilas.
EL JAGUAR
Este crepúsculo, viagra sale
por la novena calle
de esta ciudad,
cruzó aprisa un jaguar
con su piel de estrellas
y fragmentos de sol
en sus fauces abiertas.
En sus ojos llevaba el cadáver de un río.
¡RAFAEL GOCHEZ
SOSA VIVE!
Era loco.
Siempre lo fue.
Un tiro en la noche
le robaba el sueño.
¡Tenía fuego para encender la locura!
Escribió con luz
la oscuridad de la noche.
Sembró pájaros
en sus amaneceres sin puertas.
Su voz se escuchó
hasta en la última letra del silencio.
Un día se fue abrazado con la palabra
y su pluma de loco
después de esperar la muerte
solo para darle la hora.
LA LUZ DE LA VENTANA
Esta mañana me trajo
conversación de pericos
entre aroma de pino,
una gata acechando
las lagartijas de la cortina,
el juego de las tarjetas al vuelo
-vivas o muertas-
en los recreos
de la Escuela Tomás Medina.
Esta mañana me trajo
mis ojos de niño
jugueteando con la luz de la ventana.
ESA NOCHE
Esa noche nos amamos
descubiertos por miradas de gatos
bajo la mitad de la luna
Ella desató sus deseos en el café de mis pupilas
yo,
la prisa de mis labios
en su boca de picardía
Esa noche
sobre el techo de las once
cuando las ventanas de los prejuicios están cerradas
y los disparos los escuchan pocos.
A las once
con resuellos y sudor
calurosos como sábado de gloria
nos amamos
Esa noche nos amamos
mientras espantábamos el aleteo de zancudos
y ardían las caderas y rodillas
sobre los musgos de las tejas
Esa noche nos trenzamos a orgasmos
y parimos este poema.
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