Otro barco
Cuando pusieron en mis manos
la hoja de papel con la que tenía que hacer un barco,
sentí una pena profunda
por aquél navío desdoblado
que no cruzaba ningún mar.
En la misma hoja
empecé a escribir un poema,
con un sentimiento enorme
como de orilla
Lunes 19 de junio de 2017
Ceremonia
En contra de toda solemnidad
un niño esgrime un barco de papel
donde fragua el motín más importante
que verá toda alta mar:
en una hora todavía incierta,
zarpará su viaje de escape
por un mar de inocente travesura.
Navegar la tristeza
Qué llanto tan grande es este
que a fuerza de lágrima le concedieron ser mar
qué tristeza
que para no morir de pena la convirtieron en barco
Caracol
El mar que escuchan en estos poemas
es en verdad el mar deletreando cada ola,
si miran de cerca estas palabras se darán cuenta:
esto que estoy pronunciando son peces
digo orilla o puerto para despedirme
si quiero decir caricia o beso,
dibujo una ola.
No llueven peces
Cuando me decías al oído:
“Aquí nunca llueven peces”
lo sabía:
querías verme repetir aquél milagro
con el que hacía llover peces desde tu cuerpo
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