Traducción de Elisabeta Botán
Niculina Oprea, cure check poeta, here traductora y cronista literaria, nació en el 5 de marzo de 1957, en Negoie?ti, Dolj, Rumanía, es licenciada en derecho.
Ha debutado en el año 1974 en el suplemento del cotidiano “Înainte” de Craiova y en la revista „Ramuri” de Craiova en 1982 con el seudónimo de Ioanina Prelcu.
Miembro de la Unión de los Escritores de Rumanía, de la Asociación de los Escritores de Bucarest y de la Asociación de los Escritores Israelíes de Lengua Española.
Poemas de su creación han sido traducidos en más de diez idiomas: inglés, francés, español (catalán y castellano), turco, polaco, árabe, serbio, albanés, chino, japonés, etc.
Ha participado en numerosos festivales, congresos y conferencias internacionales de poesía y literatura, sosteniendo lecturas públicas en muchos países. Tiene una impresionante colección de premios y otras distinciones internacionales de literatura.
De las simetrías de los dientes
del lobo
Deseos salvajes
bailando sobre labios enfermos
ponen trampas a muchas virtudes.
Que tengas la boca ardiente
y que no puedas apartar de la calabaza
el juramento conyugal. –
De las simetrías de los dientes del lobo
pasará sólo el temor
de aquel que no sabe
de quien es la pelleja donde se apoltrona
Otro sentido
Sobre la ciudad de Metz
la claridad del cielo queda una ilusión,
como otras muchas que se adelantaron a las manos.
Sólo la flexibilidad de los pensamientos
llevaron las cosas a otro sentido
del que señalaba el eje del mundo.
El mismo avispero me encera el sueño.
Sonidos e imágenes ondean
cerca del futuro tsunami.
La pantalla
de la memoria
La pantalla de la memoria
se borra
a la vez con las pequeñas explicaciones de la infancia.
El tiempo mineral
cubre la vida aproximada,
corre como una brillante sierpe
con el rayo colgado de su delgado cuello.
Sólo sobre sus ojos
de zorro viejo
mi mano lleva olor de húmedas hojas.
Sonido de flauta se escucha al margen del campo.
El vaho de la carne
aplaza la ejecución programada
a la vez con el tiro de la placenta
en el cubo con cloro.
Una espumosa tarde.
con viudas y un huérfano.
Ejercicios de supervivencia
Has despojado la espera
hasta la última letra.
Tras tanta fatiga te vence la sed.
Encuentras sólo el ojo del charco
rehusado de otros.
Tu memoria se vierte
a la vez con la ropa
que se cae en franjas
al lado del cuerpo.
La mujer con cadena
Llega hasta el final.
Espera en la vigía.
El fuego que lleva le enrojeció los parpados:
llorarán todo el año los concebidos
en la noche desgarrada
por el sonido de los cencerros.
La mujer con cadena,
la mujer anillo,
la mujer pendiente,
la mujer con mil pensamientos ocultos,
sólo ella sabe
como es lo de ser alimento para los peces
en la tierra donde
hermano y hermana no nacieron.
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