Latido íntimo
PRELUDIO
Pocas veces en la poesía contemporánea podemos extraer obra de tan honesta y humilde propuesta. Rodeados como lo estamos en la actualidad de fábricas de poesía dolorS.A., estrepitoS.A., encriptada y de toda clase de manierismos degradados al ridículo, algunos, muy pocos y muy humanos por cierto, todavía escriben amparados en la certeza de que se dice mucho más cuando se tiene algo que decir desde el corazón. Fuera quedan los tapujos, las vueltas y ornamentos que, a pesar de la rica tradición de la poesía española que le antecede al poeta, son innecesarios cuando de hablar con el alma se trata. Francisco es un ser común, con una madre enferma y un hijo ausente, común digo porque esta pro- blemática es indudablemente una constante en la sociedad actual, de lenguaje común también son sus poemas que podrán segura- mente arrancar algunas lágrimas con su espléndida naturalidad.
Por mi parte, atribulada como es mi personalidad, rebelde y carente de etiquetas, he sido alcanzada por una poética que nunca imaginé pudiera tocar mi propio latido, Francisco es sin duda un gran ser humano y poeta, en ese orden, que ha iluminado mi vida con su presencia y sus versos, me ha enseñado de la verdadera hu- mildad y ha ejercido de padre poético con mi persona, por lo tanto estas líneas que anteceden a sus poemas, son por lo menos par- ciales, pero sinceras en correspondencia con lo que de él he apren- dido. A la que escribe estas líneas y tradujo este libro, no le queda más que invitarlos a entregarse a esta obra sin esperar fanfarrona- das de la modernidad, ni versos que gritan atención para el poeta, si la que suscribe tiene algo que decir, es: Solo lean y procuren encontrar en la obra su propio latido.
MAVI ROBLES-CASTILLO
Un verano cualquiera, en un país entumecido. Ciudad de Méjico, 2015.
EN UNA HABITACIÓN
de un cutre hotel
cuyos ventanales otean la frontera,
un cálido domingo en Tijuana
sin nada que hacer,
sólo como una planta en su taza
absorbo como agua
poemas de Bukowski,
he leído unos cuantos
de sus primeros años,
me llega su anarquía,
la lucidez de su poética.
En Tijuana.
AGARRADA A LA NOCHE
al amor y la amistad,
bebe, charla, baila, besa,
sus ojos chispados
buscan compasión y esperanza,
quiere que nunca acabe
esta noche rodeada
de personas que la aman.
En Tijuana, a Ana en su dolor.
RECORRER MEDIO MUNDO
para inventarme lugares,
recorrer inútilmente
lugares en ninguna parte
para volver conmigo.
En Tijuana
SE ESTÁ DONDE EL DOLOR
nos llega y domina,
sobre ese punto intangible
gravitamos sin remedio
por más que queramos
voltear la Tierra.
En Tijuana
NINGÚN LUGAR ES PARA VIVIR
si no esperas
un beso, una caricia,
un gesto de cariño.
En Tijuana
AYER LEÍ UN POEMA DE BUKOWSKI
decía que una puta
en un servicio a domicilio
se había llevado sus poemas
inéditos y sin copia,
recordé que nunca
había extraviado uno,
imaginé su desazón
y cómo sería la mía.
Premonitorio,
en Tijuana dejé diez,
espero que los envíen
porque como dijo
hay muchos poetas
y muy poca poesía.
En el aeropuerto de México DF
DEJO TIJUANA
su bullicioso centro
de impersonal aspecto,
su frontera
y sus campamentos de deportados,
su horrible escultura
en la colonia cruda de violencia,
su playa salvaje
con las islas Coronadas
y su valla,
su hipódromo, los galgos
y los Xolos,
su universidad autónoma
y sus privadas,
sus colegios de secundaria
y sus poetas,
sus buenas gentes
y su áspera belleza.
En el aeropuerto de México DF
HOY DÍA DE SAN FRANCISCO
lo celebro volando
México, Francia…Málaga
muchas horas en aeropuertos
leyendo, observando, enriqueciéndome
con las múltiples características
de gentes de todos los continentes,
en París hay un grupo de japoneses
casi todos jóvenes, me llama la atención
que todas las mujeres tienen gafas
y parecen asexuadas,
deseo que el progreso
no afecte así a todas,
sería triste.
En el aeropuerto Charles de Gaulle, París.
GAVIOTAS DE TIJUANA
Ajenas a las corrientes
marinas de Alaska
y los paseantes de la playa,
se entregan al ir y venir de las olas
que rompen en espumas
y dejan al descubierto
manjares que picotean con alborozo, que trasladan al aire,
dejándose llevar por donde les place,
así son las gaviotas de la frontera
sólo les interesa la valla
para descansar y hacer sus cagadas.