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Alexander Pineda
@DiarioCoLatino
El Juzgado de Paz de San Julián, en el departamento de Sonsonate, envió a prisión preventiva a Javier Arturo C., el agente de la Policía Nacional Civil que presuntamente disparó su fusil contra un joven de 19 años, tras negarse este a pagarle $50 a cambio de no llevarlo a un centro de cuarentena el pasado 10 de abril.
El proceso contra el policía pasará a la etapa de ampliación de la investigación (etapa de instrucción), y es acusado por la Fiscalía General de la República del delito de lesiones graves agravadas, sancionado con una pena de hasta ocho años de prisión.
El fiscal asignado al caso explicó que la defensa del policía intentó cambiar la decisión de la jueza de Paz, sin embargo, determinó que por la naturaleza grave del delito optó por mantener su decisión.
El representante de la FGR afirmó que en la audiencia inicial no se habló sobre alguna conciliación entre la víctima y la PNC, además, de aclarar que este tipo de delitos no son conciliables.
El fiscal añadió que sería ante un eventual juicio que se conocería si la corporación policial estaría en la obligación de resarcir a la víctima por los daños a su integridad física. La víctima, un joven albañil de 19 años, presenta graves daños en una pierna por las heridas de bala.
La abogada del afectado, Bertha María Deleón dijo que al momento solamente se ha establecido la existencia de un abuso de autoridad de parte del policía, y que será en la siguiente etapa en la que se desvelen -mediante las investigaciones- los detalles del hecho, calificado por la PNC como un “accidente”.
El viernes 10 de abril, Alfredo Canesa, de 19 años, fue intervenido por agentes policiales en el cantón Chilata, del municipio de San Julián. Supuestamente, un policía le exigió al joven $50 a cambio de no llevarlo a un centro de cuarentena, al negarse, el policía le disparó con su fusil en dos ocasiones.
La PNC, a través de publicaciones en la cuenta oficial de Twitter, admitió el hecho y aseguró que el joven “no se consideraba ofendido”, porque se trató de un “accidente”. La institución borró las publicaciones horas más tarde, tras constantes burlas de los internautas.
