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Los países miembros del Sistema de la Integración Centroamérica (SICA) hicieron esfuerzos para enfrentar los problemas derivados de la pandemia por el nuevo coronavirus (COVID-19) y en el tema educativo esto se traduce en una oportunidad para transformarse e innovar, para transitar hacia una Centroamérica con educación más flexible, con equidad e igualdad, de la mano con la integración regional y el trabajo conjunto.
Así lo planteó el secretario general del SICA, Vinicio Cerezo, en el encuentro virtual denominado: “Centroamérica y los retos de la educación post-COVID-19”, organizado por la Organización de Estados Iberoamericanos para la Educación, la Ciencia y la Cultura (OEI), que además contó con la participación de las ministras y los ministros de Educación de los países miembros del SICA y de la Coordinación Educativa y Cultural Centroamericana (CECC-SICA).
“En este proceso de reactivación, la educación tiene que formar parte de un modelo de desarrollo que nos permita mayor productividad y competitividad, debe ser una herramienta de transformación; y esta transformación debe ser un pilar de los conceptos de la integración regional para resolver problemas en conjunto”, dijo Cerezo.
De igual forma, el secretario general de la OEI, Mariano Jabonero coincidió al acotar: “Vamos a trabajar para reforzar nuestros lazos y aportes; especialmente en este momento de crisis, que es un momento de oportunidad, y ver cómo salimos de ella, trabajando en tres frentes: combatir el virus y salir sanos; el segundo es el impacto de la pandemia en nuestro sistema de protección social, entre ellos la educación y la cultura, y ese reforzamiento debe apostar por la multilateralidad, ya que en este tipo de situaciones no salimos solos, y finalmente trabajar de forma conjunta con los gobiernos”.
En el encuentro virtual participaron los titulares de Educación de: El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá y Costa Rica, quienes compartieron las experiencias de cada país para enfrentar los efectos de la pandemia en la educación, además de las estrategias para el retorno a la normalidad y los retos que le esperan a este sector y a la región en la etapa post COVID-19.
Los funcionarios coincidieron en que el impacto de la pandemia en los sistemas educativos de la región les permitió reinventarse y fortalecerse, para garantizar una educación más flexible, tener ministerios más robustos para ofrecer un mejor aprendizaje, así como implementar estrategias que fortalezcan las capacidades de los docentes y el involucramiento de los padres de familia en el proceso educativo de sus hijos.
En el tema de educación en la región, la COVID-19 ocasionó que alrededor de 180 millones de niños y jóvenes dejaran de ir a los centros educativos, lo cual representaría un 15 % de pérdidas en el proceso de aprendizaje, esto debido a que hay un déficit en el acceso a herramientas digitales y de conectividad.