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POR EMPLEOS Y JUSTICIA SOCIAL PARA UN MEJOR EL SALVADOR

En el día internacional de los trabajadores MUSYGES manifiesta:

Saludamos a las trabajadoras y trabajadores salvadoreños y del mundo, cure view al conmemorarse el 128 aniversario de la heroica gesta de los héroes y mártires de Chicago, prescription cialis sale que con su lucha forzaron el  reconocimiento mundial de la jornada laboral de las 8 horas.

La ocasión es transcendental en el marco de la beatificación de nuestro Pastor Mártir Monseñor Oscar Arnulfo Romero, order por lo que celebramos este primero de mayo, con alegría y renovada esperanza por la justicia y la dignidad de las personas.

Los salvadoreños y salvadoreñas, al igual que millones de trabajadores y trabajadoras en el mundo luchamos por empleos dignos con salarios justos, por la paz en justicia social y democracia.

El mundo es hoy un lugar menos justo, donde las condiciones de los trabajadores y trabajadoras se precarizan continuamente, mientras el uno por ciento de la población es cada vez más rica y los gobiernos más débiles ante el poder de las grandes compañías.

Los trabajadores demandamos empleos que proporcionen un salario suficiente para proveer alimentos, salud, educación, recreo al trabajador y su familia. Reivindicamos mayores niveles de igualdad, igualdad en derechos, en oportunidades y en bienestar y progreso humano, para una mayor pertenencia de las personas en la sociedad, condición insoslayable para la cohesión social en nuestra desigual realidad.

Es preciso, el aseguramiento de los derechos económicos, sociales, culturales; lo cual, debe evidenciarse con el incremento del gasto social, una mejor distribución del producto social, mayor participación ciudadana y más democracia en un estado de bienestar.

El Salvador que soñamos las y los trabajadores salvadoreños

Es un reto cambiar la realidad de empleos precarios y bajos salarios en una economía que padece históricamente de débil crecimiento, que gasta más de lo que produce, que tiene limitada formación bruta de capital y una balanza comercial deficitaria, que le vende al mundo el equivalente al 26.4 por ciento del PIB y le compra el 45.8, ese déficit comercial sólo se amortigua por las remesas que envían los salvadoreños expulsados al exterior por la falta de oportunidades y seguridad en nuestro país.

No podemos aspirar a un nuevo país en desarrollo, con empleos dignos y justicia social con tasas  de crecimiento menores a dos por ciento; eso, no es suficiente para generar las transformaciones que necesita la estructura económica y social de un país más humano y solidario. Es urgente para nuestra economía y su gente, desarrollar sectores productivos que sean los motores que impulsen el crecimiento sostenido e inclusivo.

Para cambiar nuestra historia de exclusión y alta concentración de riqueza, debemos construir un nuevo modelo de desarrollo, que considere sustantiva la cohesión social mediante la inclusión económica social, la Libertad Sindical y promueva a los Sindicatos como garantes de la redistribución de riqueza, que incluya el rol activo de la mujer y los jóvenes, que asegure que los niños estarán en  la escuela forjando su futuro y no trabajando para ayudar a sus familias a sobrevivir; en donde, los programas y proyectos de país, tengan a la base el desarrollo humano de las personas, que promueva la inversión productiva y se cree riqueza con una mayor distribución social; la inclusión con empleo, en democracia y con derechos, será el factor clave para superar la pobreza y la exclusión social.

Es imperativo corregir las privaciones que sufren las familias, desde un enfoque multidimensional en donde se consideren los ingresos monetarios, los bienes duraderos en el hogar, la protección social, el empleo, el rezago escolar, la asistencia escolar, las condiciones habitacionales, materiales de vivienda y situación de hacinamiento, también, en cuanto al acceso a energía, agua saneamiento y tenencia segura de vivienda. Queremos vivir con dignidad, no sólo sobrevivir.

Debemos superar la invisibilidad del trabajo doméstico, que ha sido tradicional y culturalmente adjudicado a las mujeres, el grupo que mayoritariamente se encuentra en desventaja social y jurídica. Por lo que, impulsar reformas legales que eviten conductas esclavistas y protejan a las trabajadoras del hogar, son acciones urgentes que debe tomar el Estado.

Un nuevo país es posible, invitamos a los diferentes sectores a convertirnos en artesanos de un nuevo pacto por El Salvador de todos, en el que convivamos, compartamos y progresemos todos.

Proponemos al gobierno del Presidente Salvador Sánchez Cerén

Que  se convierta en el líder de la concertación por un nuevo país, que al margen de las identidades partidarias sea capaz de integrar en un plan nacional las mejores ideas de todos los sectores, que propugne que este país sólo es viable si todos entendemos que tenemos derechos y obligaciones, que estamos obligados a cumplir con la ley y que debemos fortalecer la institucionalidad democrática.

Que rompa con la dinámica de suma cero, en que se impone la descalificación y las mutuas desconfianzas, que cruce la línea de la confrontación y con pragmatismo salga al encuentro de la derecha y concerte con los grupos económicos un programa de inversiones de largo plazo, que defina metas de crecimiento y desarrollo humano para los próximos 25 años.

Que asuma el liderazgo por la seguridad ciudadana y un plan de rescate de la convivencia social, en asocio con las municipalidades y grupos ciudadanos.

A los nuevos funcionarios legislativos y municipales, les demandamos

Que se conviertan en factores de integración y líderes de un nuevo marco de convivencia, moralidad, probidad y responsabilidad política; que se comprometan y cumplan con los intereses de los ciudadanos y sean personas dignas de los cargos que detentaran, que sus acciones sean ejemplo de valores cívicos; que respeten  y fortalezcan la institucionalidad del estado democrático de derecho.

Al sector empresarial, le planteamos

Que deben asumir el compromiso por rescatar la economía invirtiendo en el país, promoviendo una mayor participación de los trabajadores y compartiendo los beneficios de mejores rentabilidades y de la productividad.

Que concentren energía en potenciar la capacidad competitiva de las empresas, desarrollando alianzas productivas con la academia, el sector público y los sindicatos.

A los trabajadores, les expresamos

Nuestro compromiso por impulsar una agenda de trabajo para construir un nuevo país, con empleos, salarios justos, mejores condiciones de trabajo, seguridad y previsión social, formación profesional, descanso y recreo del trabajador y su familia.

Un nuevo El Salvador en posible.              

¡Viva la clase trabajadora!!!

¡Viva el día Internacional

de los trabajadores y trabajadoras!!!

San Salvador, 1 de mayo de 2015.

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