A partir de las cero horas de este jueves inicia el “Silencio Electoral”, es decir, ningún partido político o candidato independiente puede hacer campaña a favor de su marca o rostro, pues, de acuerdo con la ley, las próximas 72 horas el votante debe reflexionar internamente sin la presión de los contendientes haciendo uso de la propaganda a través de los medios de comunicación tradicionales, hay que decir, pues, es difícil no pensar que los contendientes se van a rebuscar en las redes sociales u otros medios. Y es que en los países con cultura aldeana, el más listo es el que sabe burlarse de la ley, a sabiendas de que no le pasará nada, o recurrirá a “leguleyadas, y para esto sobran los “tinterillos”.
Supongo que han sido los “tinterillos” los que asesoraran al diputado de GANA, Mario Alberto Tenorio, para que dijera, con el semblante y voz cínica, a periodistas que el artículo 178 del Código Electoral no abarca al presidente de la República porque “este no es candidato”, que terror han de decir los constitucionalistas, mientras que la viejecita del barrio, curtida de tantas elecciones, y por tanto de campañas electorales recurrirá a “santiguarse”.
El artículo 178 dice: Prohibición de publicidad Gubernamental. “Durante los 30 días anteriores a la fecha señalada para las elecciones, ni el Gobierno de la República, ni los Concejos Municipales y demás entidades autónomas, podrán publicar en ningún medio de comunicación privado o estatal las contrataciones, inauguraciones de obras de infraestructura nacional o de cualquier otra naturaleza que hayan realizado, que realicen o que proyecten realizar en cumplimiento de la prestación o de los servicios de asistencia o que está obligado el Estado”.
Diez días antes de las elecciones, el presidente cometió tres violaciones a la ley: la inauguración del bypass en la carretera hacia el puerto de La Libertad, que por cierto era un proyecto grande del último gobierno del FMLN, y que al actual gobierno le tocó concluir, pero que lo inauguró como si hubiera sido su iniciativa; luego, ha hechos spots de la vacunación contra la COVID-19, es decir, debió vacunar sin hacer propaganda, y por último la entrega de computadoras a maestros o estudiantes. Por cierto, el presidente dijo que habían invertido 450 millones de dólares, pero en otro spot, la ministra dijo, en otro momentos, que las computadoras iban a ser donadas.
“Más claro que el agua”, dice la sabiduría popular, pero, esa claridad no la tiene ni el Gobierno, ni los diputados como Mario Tenorio, que se cree muy listo para ponerse a la defensa del presidente Nayib Bukele, al violar el artículo del Código Electoral antes mencionado. Por supuesto, esa postura de desconocer o torcer la ley para no afectar al gobierno del presidente Bukele no es única de Tenorio, sino de toda la fracción de GANA. Ojalá y en el silencio electoral, la ciudadanía tenga a bien meter en sus temas de reflexión política a esos diputados y candidatos que hasta hacen el ridículo, con tal de no ir en la dirección contraria a la del gobernante, aunque este no tenga la razón o viole la ley, como en el caso que se comenta.
Pero volviendo al silencio electoral, es necesario recordar que esto está establecido en el artículo 175 del Código Electoral, el cual reza: “Se prohíbe a los partidos políticos o coaliciones y a todos los medios de comunicación , personas naturales o jurídicas, hacer propaganda por medio de la prensa, la radio, la televisión, mítines, manifestaciones, concentraciones, hojas volantes, vallas, aparatos parlantes, en lugares públicos (…) durante los tres días anteriores a la elección y en el propio día de la misma. Tampoco se permitirá la propaganda partidista en los centros de votación”.
Estos tres días, por supuesto, el tema de reflexión en cada uno de los votantes es por qué los partidos no presentaron propuestas, sobre todo Nuevas Ideas que se montó en la N del nombre del presidente, y que serán diputados obedientes a las órdenes del presidente Bukele. Esto debe analizar el electorado, de la conveniencia de que el presidente Bukele no sólo controle el Ejecutivo, sino la Asamblea Legislativa, tal y como lo han promocionado, o por lo menos se desprenda de su campaña electoral.