Por: Rolando Alvarenga
Recientemente le pregunté al excampeón mundial de boxeo, Carlos “Famoso” Hernández, ¿por qué nunca cuestionó mis enfoques periodísticos sobre sus combates en la élite del box universal?
Sin rodeos, su respuesta fue que “no le decía nada porque era su trabajo y yo respetaba su opinión”. No es por egolatría, pero me dio tanto gusto escuchar una reacción sensata y profesional.
Comprometido con los lectores y con los conocedores del box, siempre fui y seguiré de frente a la hora de redactar apegado a la realidad, porque es mi deber.
En el caso del “Famoso”, casi siempre cuestioné su frágil defensa y falta de constancia ofensiva y contundencia a la hora de ir al ataque para sumar puntos en las tarjetas, donde los jueces nunca le regalaron nada.
Por tal razón que, a partir de los tantos años de experiencia en la cobertura boxística, siempre fui y espero seguir siendo lo más objetivo posible. En consecuencia, nunca me dejé llevar por los sentimientos patrióticos, ni por la pasión de los combates protagonizados por el “Famoso” Hernández.
Siempre destaqué lo que tenía que destacar como: la garra, el coraje, orgullo y amor patrio a la hora de batirse.
Eso sí, Verónica Macías, exesposa de “Famoso”, sí me cuestionó al menos tres veces argumentando que subestimaba el trabajo boxístico de Carlos.
No obstante, sus criterios nunca pesaron como para rectificar lo escrito y siempre diré lo mismo: no tengo nada en contra de ningún atleta, entrenador o dirigente.