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Hugo Fajardo Cuéllar*
Docente e investigador UES.
El Salvador asiste nuevamente a elecciones generales este 2024. Las primeras que se realizarán el 4 de febrero, en las cuales se elegirán al presidente y vicepresidente de la república y a los diputados a la Asamblea Legislativa. Las segundas, que se llevarán a cabo el 3 de marzo del 2024 y en las cuales se elegirán a los diputados al Parlamento Centroamericano (PARLACEN) Y a los Alcaldes y los Concejos Municipales.
En estas elecciones, lo que está en juego fundamentalmente, es la continuidad o no, de las políticas verticales y autoritarias, que se han venido aplicando, en El Salvador con la llegada del gobierno de Bukele, las cuales se han venido profundizando a través del apoyo sumiso e incondicional de los diputados del Partido oficial, quienes al tener no solo la mayoría simple sino también la mayoría calificada, aprueban sin mayor discusión y sin consultar al pueblo las diferentes leyes, La mayoría de cuales tienen que tener primero la venia o aval del presidente.
Dentro de ese contexto se presentan en este artículo, entre otras, algunas de las razones fundamentales que nos permiten comprender el porqué, aunque las cuatro elecciones son importantes; pero la elección de los diputados a la Asamblea Legislativa de El salvador, es la clave o la elección más importante y estratégica, de las cuatro elecciones que se realizarán en febrero y marzo del presente año.
¿Por qué la Asamblea Legislativa es la clave?
1) En primer lugar hay que destacar que la Asamblea Legislativa (AL), es el primer órgano del Estado Salvadoreño encargado de legislar o crear las leyes y de acuerdo con el artículo 131 de la Constitución de la República, tiene muchas competencias que regulan jurídicamente la dinámica política social y económica de la sociedad salvadoreña en su conjunto, por lo que cada vez que hay elecciones, los partidos políticos lucha por hacerse del control político de la misma, buscando obtener la mayoría de diputados.
2) El tener o ganar la mayoría de diputados le permite al partido político que lo logra, aprobar las diferentes leyes que determinan el rumbo del país. Esa mayoría puede ser simple o calificada. La simple equivale a la suma de la mitad más uno de los diputados electos, y la mayoría calificada, consiste en los 2/3 del total de los diputados electos. Por ejemplo, para el caso de la actual legislatura, (2021-2024) la mayoría simple es de 43 diputados y la calificada es de 56 legisladores.
3) Para las elecciones de febrero del 2024, se elegirán a 60 diputados, es decir se redujo de 84 a 60, como producto del decreto legislativo No 755, del 7 de junio del 2023, por lo tanto, para la nueva legislatura (2024-2027) la mayoría simple consistirá en 31 diputados y la calificada será equivalente a 40 legisladores. En tal sentido la votación que los ciudadanos expresen el día de las elecciones, será clave para modificar la correlación de fuerzas al interior de este órgano del estado; ya que, si los votos obtenidos por los partidos de oposición le quitan al partido oficial la posibilidad de seguir teniendo la mayoría calificada, entonces se abre de nuevo un espacio para la discusión y negociación de importantes proyectos de ley que en verdad sean de beneficio para la población salvadoreña.
4) Lo anterior nos permite afirmar que la AL es la clave para la gobernabilidad del país, puesto que si el partido oficial NI, gana la mayoría calificada, entonces el órgano ejecutivo bajo conducción del presidente de la república, seguirá teniendo el plato servido, en términos de contar con todos los votos de su partido para continuar imponiendo el estilo de gobierno vertical y autoritario que se ha mantenido hasta el momento. Caso contrario, si el partido oficial pierde la mayoría calificada, estará obligado a discutir y negociar con los otros partidos de oposición algunos decretos de ley (incluyendo el decreto del Régimen de excepción) y nombramientos de algunos funcionarios públicos claves para la gobernabilidad del país.
5) Pero es importante destacar que, es necesario que ningún partido político obtenga la mayoría calificada, en las próximas elecciones , para recuperar el balance democrático dentro de la AL, en el sentido que como ya se dijo, eso generaría las condiciones políticas para que el partido oficial, aunque obtuviese la mayoría simple, pero no la calificada, eso lo obligaría a negociar con los otros partidos políticos de oposición la creación y aprobación de leyes que regulan las políticas públicas, negociación que debe priorizar los intereses, no de los partidos políticos, sino de la sociedad en general.
6 ) La magnitud de la importancia de la AL, es muy amplia, pero vale la pena que los ciudadanos de este país sepan y conozcan que según el artículo 131 ordinal 19, de la actual constitución de la república de El Salvador, entre las atribuciones de esta están: ”elegir al Presidente y Magistrados de la Corte Suprema de Justicia, Presidente y Magistrados del Tribunal Supremo Electoral, Presidente y Magistrados de la Corte de Cuentas de la República, Fiscal General de la República, Procurador General de la República, Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos y Miembros del Consejo Nacional de la Judicatura.
7) Para la elección de estos cargos de trascendencia para la gobernabilidad de todo el país, se necesita del voto por mayoría calificada, o sea del 2/3 del pleno de los diputados de la Asamblea Legislativa. De ahí la preocupación del presidente y su partido en el gobierno, de buscar mantener dicha mayoría en las próximas elecciones del 4 de febrero del 2024, ya que al mantenerla seguirían teniendo el poder absoluto y autoritario para seguir con su estilo antidemocrático de gobernar, lo cual sería negativo para la recuperación de institucionalidad democrática en beneficio de las grandes mayorías del pueblo salvadoreño.
8) También el temor de perder la mayoría calificada, se debe a que el actual presidente, que según los expertos es un candidato inconstitucional a la reelección, corre el peligro de ser desconocido por la Asamblea Legislativa de ese cargo si se reelige, tal y como lo establece literalmente la constitución de la república en el artículo 131, ordinal 16:”corresponde a la Asamblea Legislativa: Desconocer obligatoriamente al Presidente de la República o al que haga sus veces cuando terminado su período constitucional continúe en el ejercicio del cargo. En tal caso, si no hubiere persona legalmente llamada para el ejercicio de la Presidencia, designará un Presidente Provisional”.
Tomando en cuenta las razones anteriores podríamos finalmente concluir, que este 4 de febrero del 2024, los ciudadanos y ciudadanas de El Salvador tienen la oportunidad y el poder con su voto de cambiar de manera significativa el rumbo autoritario y antidemocrático que actualmente tiene el país, por un nuevo rumbo de dialogo, concertación y negociación en beneficio real de toda la sociedad salvadoreña y no de ningún partido político en particular. Eso solo es posible comenzando por recuperar el balance de poderes en la Asamblea Legislativa, no permitiendo que ningún partido obtenga la mayoría calificada.
Que Dios y San Romero de América, “La voz de los sin Voz” ilumine al pueblo salvadoreño el día de las elecciones.
* El autor es: Profesor en Ciencias Sociales, Licenciado en Sociología, Abogado y Notario. Maestro en Derechos Humanos y Educación para la Paz. Docente investigador a tiempo completo en la Universidad de El Salvador.
