Lic. José María Barrera Lemus
Consultor Social. 15062018
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La lucha por acaparar la comercialización del agua ha persistido desde que el ser humano a través del conocimiento y sus contradicciones, fundamentado en el liberalismo económico, logró discernir entre otros recursos, la importancia del agua como mercancía, al darse cuenta que todo ser viviente sin excepción se encuentra al margen de consumir dicho recurso.
El tema del agua es similar al tema de la tierra en los siglos XVI al XIX, en donde el mismo ser humano expropiaba la tierra para los cultivos del café, el algodón, la caña de azúcar y otros productos vitales para la alimentación.
Con el advenimiento del neoliberalismo a mediados del siglo XX, impulsado por el Banco Mundial (BM) y sus hermanos, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), surgen nuevas formas de comercialización, encontrándose el agua entre uno de los bienes más preciados, a tal grado de considerarlo “oro azul”.
En El Salvador, la lucha por convertir el agua en mercancía no es la excepción, dado que desde hace varios años se ha venido insistiendo en su privatización para legitimar las acciones que desde hace más de sesenta años se han venido realizando con la succión del vital líquido y para continuar con nuevos proyectos que les generen mayores utilidades en detrimento de la calidad de vida de la población.
Lo anterior ha comenzado a caldear los ánimos de diversos sectores sociales, que han iniciado pronunciamientos por diversos medios, y un levantamiento pacífico por parte de la juventud universitaria de El Salvador, liderada por su rector, el maestro Roger Armando Arias. Fue muy oportuna, interesante e ilustrativa la manifestación que culminó frente a las instalaciones de la Asamblea Legislativa y que provocó el enojo de la derecha, al evidenciar cómo se lanzaron contra los manifestantes al querer ingresar a dichas instalaciones.
Esto tenía que pasar tarde o temprano y qué bueno que han sido los jóvenes quienes lo han iniciado en esta oportunidad, pues demuestra el inicio de lo que podría ser una Guerra Popular Prolongada Por el Agua (GPPPA).
Aunque la noticia no ha sido considerada del interés por algunos sectores, (sea por desconocimiento o indiferencia), es de recordar a la población en general la importancia que reviste el deber ser de tan vital líquido para la subsistencia humana en todas sus dimensiones. Para muestra un botón: en América Latina, Chile es el único país en donde se ha logrado privatizarla. Ahora el precio del agua resulta ser mayor que el precio del galón de gasolina; en Europa, el precio es tan alto que muchas personas prefieren consumir bebidas virtuosas cuyo precio es más bajo, pero a la postre, resultan más caras por los estragos de salud que les generan.
La pequeña muestra del pasado jueves 14 de junio, dio como resultado inmediato la reacción de inconformidad por parte de algunos diputados de ARENA, liderados por su presidente Norman Quijano, quienes aparecieron casi inmediatamente, ante algunos medios, pronunciándose contra dicha manifestación y lavándose las manos al afirmar que no existe tal aprobación de privatizar el agua y que tales hechos solo obedecen a situaciones terroristas y desestabilizadoras del FMLN.
Las palabras surgidas hoy en boca de los diputados solo nos recuerdan las mentiras de los expresidentes de ARENA, cuando el pueblo les interpeló sobre la privatización de otros servicios, tales como la privatización de la banca, las pensiones y la dolarización, entre otros. Recordemos por un momento:
“No se está vendiendo la banca nacional, solo vamos a sanearla para equilibrar la estabilidad económica del país”. Alfredo Cristiani (1990).
“No se entregarán las pensiones a manos privadas. Solo las administrarán para garantizar el dinero de los contribuyentes”. Armando Calderón Sol (1998):
“No se está dolarizando, es una integración monetaria que le dará más desarrollo al país”. Francisco Flores (2001). Y ahora, invito a nuestros amigos lectores a reflexionar por un momento cada una de las afirmaciones y las analice en el momento actual, para luego pensar lo que podría suceder con la cuarta afirmación que recientemente ha manifestado Quijano, en un futuro no muy lejano.
“No es cierto que queremos privatizar el agua… Por el contrario, no vamos a permitir que se privatice el agua”. Norman Quijano (2018):
Ya sobre este tema varios sectores se han venido pronunciando desde hace mucho tiempo, como la UCA y por supuesto el Ministerio de Medio Ambiente. Sin embargo, ha sido la UCA, por intermedio del exrector padre José María Tojeira, quien hasta ahora ha logrado captar mayor atención por parte de la población consciente de tan delicado problema al plantear los efectos nocivos que resultarían si se permitiera la tal aprobación de la ley.
Es importante que dentro de las diferentes esferas del Gobierno y del Estado se fortalezcan programas que conduzcan a generar conciencia sobre el valor de cuidar el agua. Hasta pronto… y adelante juventud…
¡Por el derecho al agua…!