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FRANCIS FANCI
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Cuando Aimé McPherson, health fundadora de la Iglesia del Evangelio Cuadrangular, desapareció y se recibieron cartas de los secuestradores exigiendo un cuantioso rescate, la colecta entre la grey creció en proporción geométrica. El F.B.I. se presentó en la iglesia informando que el secuestro no era tal y mostrando fotografías en las que la pastora aparecía con su amante entrando o saliendo de moteles y bungalows. Los fieles no aceptaron tales pruebas y concluyeron que el astuto Satanás había confundido al F.B.I. Y la iglesia creció.
En más de una ocasión al ser acusado de pedofilia un cura párroco, los católicos se han manifestado públicamente en su defensa, sometiendo las manos al fuego por la inocencia del “padre” víctima de la calumnia de una madre neurótica.
Cierto tele-pastor “súper star” convenció a su rebaño que el huracán Katrina fue enviado por Jehová a los Estados Unidos como castigo por haber encarcelado a “un hombre de Dios” (¿los afroamericanos pobres de Nueva Orleans pagaron los platos rotos?).
Sus adeptos recorrieron las ciudades mostrando huevos de gallina a todo el mundo, como símbolo del “huevo” en el que U.S.A. se había metido ¡vaya cristianos!
Cada vez que un líder religioso se ve envuelto en un escándalo, las reacciones de las adormecidas ovejas y borregos es similar.
Quiero dejar claro: A mí no me importa la vida privada de nadie, no tengo derecho a lanzar la primera piedra, y no busco pajas en ojos ajenos, ni hacer leña del árbol caído. Pero no me parece justo convertir a la víctima en victimaria, pues ahora resulta que según los miembros de la iglesia liderada por el pastor protagonista del más reciente affaire, la malvada mujer fue utilizada por Satanás para hacer caer al hombre de Dios. Errar es de humanos, pero es más humano rectificar; mis respetos para Jimmy Swagart, quien envuelto en una situación similar, tuvo el coraje de pedir perdón públicamente a su Dios y a su grey, y reconociendo que no estaba calificado para ser un guía espiritual renunció a su ministerio. La justificación para seguir en la iglesia, es el estribillo “yo no voy por el hombre, si no por el Señor”; pero yo te digo, que al Señor no lo encontrarás en los templos, si no en la intimidad de tu corazón y no necesita representantes, ni intermediarios para manifestarse.
Me preocupa cuantos salvadoreños viven una realidad, efecto del opio de los pueblos.
SON CIEGOS GUIANDO A CIEGOS.
(JESÚS, LLAMADO EL CRISTO)
FRANCIS FANCI. -Centro de Estudios e Investigaciones Filosóficas.-
