Caralvá
Fundador
Suplemento Tres mil
Después de la pregunta fundamental: ¿Qué poder mueve la realidad? Nos encontramos con todo el repertorio Socrático altamente liberador, sildenafil poseemos la clara diferencia entre este mundo y cualquier otro, unhealthy concretamos la separación de la Historia y los mitos, la materialidad y la fantasía.
En su contraparte existen personas que jamás se hacen esta pregunta, aceptan su forma de vida, no estudian la Historia jamás, viven atrapados en el tejido del poder económico, religioso, social etc. pertenecen a una sociedad pasiva, educados de esa forma los cambios incluso les parecen irracionales, porque no aspiran a más, son siervos felices. En el fondo de la discusión observamos la materialidad social, la indigencia de vivir en este planeta, a pesar de la acumulación de diversos niveles éste mundo avanza hacia la desigualdad, entonces ¿dónde queda el sentido de libertad?. Me parece que desde éste presente, en nuestra sociedad, en nuestra condición limitada, la respuesta democrática tiene vigencia, a partir de ahí es posible todo.
La libertad entre opuestos no impide la búsqueda de la realización entre dos grandes potencias: el mundo individual o social y el mundo deseado fuera de la cotidianeidad, este abismo provoca acciones para intentar equilibrar la diferencia, entonces surgen las respuestas conocidas en las tendencias humanas: religiosas, científicas, laborales etc. Cambiar entonces en esta tierra lo posible y en ocasiones lo imposible es la norma, intentarlo significa construir un nuevo discurso y eliminar la incertidumbre al no aceptar el destino heredado; condición que produce grandes movimientos sociales, como las revoluciones en la humanidad, en otras ocasiones es la búsqueda de perfección en los modelos sociales e individuales. Carlos Marx anotaba: “Nadie combate la libertad; a lo sumo combate la libertad de los demás. La libertad ha existido siempre, pero unas veces como privilegio de algunos, otras veces como derecho de todos.” En nuestro contexto salvadoreño, la sola mención de la palabra “libertad” genera pasiones debido a la apropiación de la Historia y su discurso privado, es la condición excluyente de grupos que heredan todo versus quienes nacen desheredados, pero en ello reside un opción para el presente, situados en una condición democrática el camino significa un puente sobre el abismo de la realidad y la utopía, para concretarnos en lo posible. Vivimos en este mundo lleno de pobreza, desigualdad, concentración de poder económico etc. Podemos transformarlo, en una sociedad democrática para todos. Las posibilidades de libertad se deben construir en sociedad: ¡este día!, en este presente y en esta tierra. Comprender nuestros límites en este mundo, quizás nos permite aceptar las posibilidades de libertad nacional, libertad modesta, pero preferible a la esclavitud del pasado.
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