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Potencialidades corrosivas del poder

José Guillermo Mártir Hidalgo

En la novela “Rebelión en la granja”, George Orwell, escritor y periodista británico, narra cómo los animales expulsan al granjero Jones y a su esposa. Y rápidamente dos cerdos, Napoleón y Snowball, comienzan a crear partidos políticos enfrentados. Napoleón se hace del poder y Snowball tiene que huir. Lo que le ocurre a Napoleón, le acontece a todos los dictadores1.

“Rebelión en la granja” es una metáfora de la Revolución Rusa y su evolución hacia el estalinismo. Narra la degeneración de los procesos revolucionarios en dictaduras. Por eso la interpretación actual del texto es, que se puede imputar a todos los tipos de mandos arbitrarios. Ya que acumular un poder súbitamente, puede llevar a la crueldad velozmente.

“Rebelión en la granja” analiza la naturaleza del poder. El poder es la capacidad de dar órdenes y que esas órdenes sean obedecidas. La manifestación más flagrante del poder es cuando la obediencia se produce mediante el ejercicio de la fuerza o la violencia. El poder está en la capacidad de infligir sanciones a quienes no obedecen. Cuando el poder se ejerce mediante la amenaza o la intimidación, se habla de poder en forma de coacción. La propaganda es una deformación de la realidad mediante el condicionamiento, por tanto, la manipulación no es una relación de mando-obediencia. Es la sumisión del otro sin una relación consciente entre mandato y obediencia. La sanción y el miedo ocupan un papel en la obediencia al poder. El poder se fundamenta en la capacidad de coerción. La relación de poder ocurre cuando se accede a hacer lo que se manda. La influencia es la capacidad de hacerse obedecer sin recurrir a la fuerza, a la amenaza o a la sanción. En el ejercicio del poder, no es fundamental que la obediencia a la autoridad sea consciente. La dominación es la voluntad manifiesta del dominador, que influye sobre los actos de los dominados de tal suerte, que los actos del dominador son adoptados por estos. Dominación, influencia, coacción, manipulación y fuerza, sustentan la relación mandato-obediencia. El que obedece es considerado una cosa. Es una relación amo-esclavo. El esclavo es una máquina de producción que tiene solo dos posibilidades, obedecer o ser desechado.

POTENCIALIDADES CORROSIVAS DEL PODER

El poder es la capacidad de un individuo de mejorar o empeorar la situación de otros, controlando un sistema de premios y castigos. El poder es completamente arbitrario. El que tiene el poder impone las reglas y las adapta a sus propósitos. John Emerich Edward Dalberg-Acton, historiador y político inglés, conocido como Lord Acton, sostiene que el poder tiende a destruir la moral y la capacidad de juicio de la persona. Estudios de la psicología del poder realizados por los psicólogos de la Universidad de Berkeley, Dacher Keltner y Cameron Anderson y por la psicóloga de la Universidad de Stanford, Deborah Gruenfeld indican, que la afección al poder se caracteriza porque el poderoso tiende a volverse indiferente a los demás, contempla a las personas como instrumentos para alcanzar sus objetivos, piensa que los demás giran a su alrededor, su capacidad de juicio se resiente, tiende a desinhibirse, manifiesta una conducta sexualmente desinhibida y comienza a actuar como sociópata.

Para contrarrestar las potencialidades corrosivas del poder, el bloguero español Fernando del Pino Calvo-Sotelo sugiere la rendición de cuentas para combatir la sensación de impunidad, la estricta separación de poderes para limitar la arbitrariedad, las creencias y las virtudes para resistir mejor los efectos nocivos del poder y la existencia de un código de valores en la sociedad, para reducir la corrupción del poder2.

El político David Owen y el psiquiatra Jonathan Davidson, ambos británicos, describen con precisión el lado oscuro del liderazgo: la hibris3. Hibris es desmesura, es desborde de la condición humana. En la actualidad significa soberbia o infatuación. Hibris es la confianza excesiva en sí mismo, es el orgullo exagerado y desdén por los demás.

Los grandes jefes suelen tener carisma, encanto y habilidad para inspirar a otros, pero, están signados por la impetuosidad. Hay un rechazo a oír consejos, incompetencia derivada de la impulsividad, dificultad de evaluar consecuencia de sus actos y desdén de detalles ya que se creen infalibles.

La hibris es un síndrome, un conjunto de síntomas evocados por un disparador: el poder. La hibris se desencadena a partir de un éxito extraordinario. Por ejemplo, después del triunfo electoral. Las características de víctima de hibris son: el mundo es un lugar de auto glorificación a través del ejercicio del poder, emprende acciones que exaltan la propia personalidad, preocupación desproporcionada por la imagen, celo mesiánico, identificar su propio yo con la nación u organización que maneja, en su oratoria utiliza el plural nosotros, excesiva confianza en sí mismo, desprecia a los otros, solo puede ser juzgado por Dios o por la historia, fe inconmovible que será reivindicado en ambos, pierde contacto con la realidad, recurren a acciones impulsivas, se otorgan licencias morales, descuidan detalles y creen que son indispensables.

El líder intoxicado por el poder genera efectos devastadores sobre mucha gente. El escritor español Francisco Javier de Federico Muñoz dice que el concepto de psicópata está muy distorsionado por eso sugiere el término “poderópata”, para describir a una persona con ansia de poder desmesurado4.

El “poderópata” nunca tiene suficiente por lo que se trata de una patología. Esta neurosis obsesivo-compulsiva por el poder, conduce al enfermo a mostrarse indiferente a los límites de la ética y cree que su fin justifica los medios. Los síntomas de personajes con ambición de poder sin margen son: narcisismo, corrupción, abuso de poder, ocultación de la verdad, manipulación comunicativa y conspiración a favor de los poderosos. La poderopatía no solo se exhibe en la política, puede aparecer en las relaciones personales y en ambientes espirituales como sectas y religiones.

Según el psicoterapeuta austriaco Alfred Adler, el sentimiento infantil de inferioridad excita el afán de poder. La voluntad de poder y dominio al otro surge de relaciones basadas en la represión, vinculadas a resentimiento y miedo al otro. El miedo que conduce al poder absoluto, es ejercido de manera despótica. El miedo es la energía esencial para el desarrollo de la “poderopatía”.

Jaime Paulino, Secretario General de Podemos en Valencia, Partido Político Español de Izquierdas, dice que el paso de un capitalismo paternalista a un neoliberalismo salvaje, es caldo de cultivo de “poderopatía”5. El neoliberalismo reduce el Estado a su más mínima expresión y las mafias económicas asumen formas de plutocracias. Nos encontramos con una sociedad gobernada por el miedo y el horror. La única norma en un sistema totalmente anónimo, como es el capitalismo, son los beneficios. El mundo globalizado es una sociedad cerrada con miedo al extranjero. Se ha instalado una subjetivación basada en la precariedad absoluta. El miedo convive con la incertidumbre. Y nos vamos quedando con todo lo malo y nada de lo bueno.

LA CORRUPCIÓN

El sistema de dominio, el poder y la corrupción van de la mano. Y la mayoría de la sociedad está sometida a reglas impuestas por el poder, resignada a padecer desmanes de esa gavilla de ladrones. Los medios de comunicación recogen la corrupción de los gobernantes políticos, pero, la corrupción no es patrimonio de ellos. Las corrupciones más importantes se dan en el núcleo más duro de la clase dominante. Es corrupción la explotación de la clase trabajadora, es corrupción evadir impuestos, es corrupción especular en los mercados, es corrupción asignar desorbitadas cantidades en calidad de jubilación, es corrupción la compra de entidades ruinosas para luego “reflotarlas”, es corrupción la privatización de empresas y servicios públicos, es corrupción cobrar precios abusivos de los suministros de los oligopolios, es corrupción el trato de la banca a los ahorradores y a los hipotecados, es corrupción agrandar la desigualdad.

El analista español Antonio José Gil Padilla cree que los corruptos responden a una limitada capacidad intelectual, a determinada patología o a la ausencia de principios éticos6. Durante mucho tiempo, era la Iglesia la que guiaba la conducta de las masas. En ese entonces, los poderosos se ajustaban a ciertas reglas para dar el ejemplo. Con la llegada del neoliberalismo salvaje, poco a poco las normas de convivencia van siendo violadas por los estamentos poderosos.

Ahora, a los poderosos no les importa corromperse, rompen cualquier escala de valores y no respetan las reglas de convivencia. La sinrazón es la causa principal de la corrupción, ya que la razón no alcanza a aquellos que no encuentran saciedad a su codicia, acumulan más de lo que necesitan.

La pasión poder es una patología de la normalidad. La política es utilizada para corromperse y para sentirse poderosos y satisfacer esa pasión. La sinrazón y la ausencia de principios éticos, subyace en todos los casos de corrupción. Los individuos que roban, en forma individual o en casta, son seres intelectualmente deficientes, carentes de principios éticos, son enfermos mentales.

DERECHA PODERÓPATA

La dinámica de convivencia política nacionales ajusten sus actos y actitudes a principios y conceptos de convivencia pacífica7. Se deduce que el respeto mutuo y la disposición dialogante, son necesarios para una evolución nacional hacia un rumbo sensato, sin obstáculos resultantes del prejuicio, el fanatismo y la lucha ciega. La Democracia es una tarea insoslayablemente compartida. No hay éxito para nadie si se trabaja para el fracaso de los demás. Pero la poderopatía es tan impetuosa en nuestra clase política y empresarial, que conlleva a la polarización extrema.

La polarización política es un proceso de diferenciación de la opinión pública en facciones o grupos opuestos. La polarización extrema es, la profundización de las diferencias ideológicas, políticas y económicas de grupos sociales en pugna. Lo cual conduce a la ingobernabilidad y a la violencia8.

Los Acuerdos de Paz no tocaron los problemas estructurales. La principal causa generadora de polarización es la agudización de intereses políticos y económicos de dos fuerzas políticas en disputa: Alianza Republicana Nacionalista (ARENA) y el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN).

El partido de derecha y sus organizaciones afines, buscan desprestigiar y desgastar al gobierno del FMLN, teniendo como telón de fondo las elecciones de dos mil dieciocho y dos mil diecinueve. La práctica de ARENA ha sido oponerse a todos los proyectos del ejecutivo. Los grandes oligopolios de la información llevan una campaña poco ética contra el gobierno.

Las asociaciones de derecha, mantienen una campaña de oposición de forma permanente. Hay un plan previamente diseñado de inestabilidad social y conflicto.

Dentro de este plan se enmarcan las extralimitaciones de la Sala de lo Constitucional, de la Corte Suprema de Justicia, en sus atribuciones. La derecha empresarial y política, muestran una neurosis obsesivo-compulsiva por recuperar el poder en las próximas elecciones. Por eso tenemos que desconfiar de individuos o grupos, que desean el poder de una manera profundamente patológica.


1 Salcedo Mena, José Arturo. Rebelión en la granja: patología del poder. En: http://www.angelfire.com/nt/vinformemex/rebelion_granja.html

2 Del Pino Calvo-Sotelo, Fernando. La patología del poder. En: http://www.fpcs.es

3 Pagni, Carlos. Cuando el poder se vuelve una patología. En: http://www.lanacion.com.ar/1568487-cuando-elpoder-se-vuelve-una-patologia

4 Llopis, Enric. Entrevista a Javier Federico, autor de Poderópatas y Jaime Paulino, secretario general de Podemos en Valencia. En: http://www.rebelion.org/noticia.php?id=225655

5 Llopis, Enric. Opus Citatum.

6 Gil Padilla, Antonio José. La corrupción, la razón y la ética. En: www.rebelion.org/noticia.phpid=225887

7 La Prensa Grafica. La actividad política en general tendría que regirse por criterios de respeto, colaboración y sana tolerancia. En: http://www.laprensagrafica.com/2015/02/27/la-actividad-politica-en-general-tendria-que-regirse-por-criterios-de-respeto-colaboracion-y-sana-tolerancia

8 Manzano, Mauricio. Polarización política: ingobernabilidad y violencia. En: https://uls.edu.sv/sitioweb/component/k2/item/393-polarizacion-politica-ingobernabilidad-y-violencia.

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