Tokio/AFP
El tifón Mindulle, noveno de la estación en Asia, se dirigía la mañana del lunes hacia Tokio con potentes ráfagas de viento y lluvias torrenciales, que llevaron a anular cientos de vuelos y perturbó la circulación por carretera y ferroviaria.
El tifón, con vientos de hasta 180 km/h, llegó a las costas de Tateyama, al sur de Chiba, la prefectura que limita con Tokio, y se dirigía hacia la capital, que debería alcanzar a media jornada.
Es raro que este tipo de fenómenos alcancen a Tokio, ya que normalmente la trayectoria se sitúa más al oeste.
El nivel de las aguas comenzó a subir y en nueve prefecturas, incluyendo Kanagawa y Chiba, adyacentes a Tokio, las autoridades aconsejaron a la población que abandone las zonas cercanas a los cauces de agua.
Varias localidades lanzaron avisos para preparar la evacuación de decenas de miles de viviendas en previsión de inundaciones y corrimientos de tierras, incluyendo una parte del centro-sur de Tokio.
Varios trenes fueron detenidos o retrasados en hora punta y los que circulaban iban despacio y abarrotados.
Los taxis de la capital eran tomados al asalto y se teme al final de la jornada laboral las perturbaciones sean aún más importantes.
Al menos 425 vuelos fueron anulados por las compañías aéreas – la mayoría itinerarios operados por Japan Airlines (JAL) y All Nippon Airways (ANA), entre otros- y el número podría aumentar con el paso de las horas.
«En toda la parte este del país se temen lluvias terribles con vientos huracanados», precisaba la televisión pública NHK.
Cada año, entre 20 y 30 tifones pasan por Asia y la mitad golpean el archipiélago japonés.