Paula Fogel
Tomado de Agenda Latinoamericana
‘Y comenzó a enviarlos de dos en dos’; fue la Palabra del Evangelio que nos movilizó en la Pastoral de Salud a una tarea de servicio en duplas, ecuménica y en la labor de integrar diversas luchas. Creo que hay aquí – en la Palabra – pistas para reflexionar sobre el cuidado y el amor al prójimo vivido y articulado con otros hermanos y hermanas en contexto.
En la provincia de Misiones, Argentina, la ‘Tierra Sin Mal’ como sabiamente la llaman Las Comunidades Guaraníes, muchas personas, instituciones, comunidades de fe, cotidianamente trabajamos para que ‘La salud integral’ se in-corpore en nuestras prácticas, como un envío misionero, de forma articulada ‘enviados de dos en dos’, nunca solos. En nuestro contexto nos interpelan las enfermedades a temprana edad causadas por el uso de agro tóxicos, consecuencias del des-cuido a nuestra madre tierra. Somos testigos de la cantidad de personas diagnosticadas con cáncer, las personas con discapacidad, los desequilibrios en la salud mental, la lucha por la vida en las terapias intensivas a causa de los siniestros viales. Nos conmueven las enfermedades y muertes que generan las multinacionales; al continuar instalando antenas de telefonía celular, en los desmontes que ocupan y excluyen de su territorio a Las Comunidades Guaraníes, en el monocultivo de pino que tala indiscriminadamente el monte nativo, en la instalación de represas hidroeléctricas, que son expulsivas, contaminantes, y anuncio de muerte a la diversidad de la vida, para los contextos en donde son o pretenden ser instaladas.
Reflexionando donde nuestros pies se movilizan, nuestros ojos ven y nuestros cuerpos sienten, en medio de este escenario que muchas veces des-esperanza y des-anima, me invade un sentimiento de profunda gratitud. Gratitud por la rica diversidad de dones en la práctica del cuidado y la denuncia profética que históricamente amplificó las voces de los más pequeños y vulnerables del Reino. Quisiera mencionar aquí algunos espacios con quienes articulamos como cristianos protestantes, siguiendo el envío misionero jesuano de ‘ir de dos en dos’.
Comunidad de fe; el espacio ‘base’ de nuestras acciones. Donde reflexionamos a la luz de la Palabra, y la realidad contextual, desde donde somos enviados y donde regresamos. Es a partir del contexto que surge la Pastoral de Salud, donde hermanos y hermanas son trasladados a hospitales y sanatorios en la ciudad capital, Posadas. En comunión las comunidades de la IERP y la Iglesia Católica nos convocamos en acciones conjuntas de recibimiento, asesoramiento, acompañamiento y visita pastoral. Impulsando actividades de reflexión y prevención de enfermedades en el área de alimentación saludable y cuidado de la creación.
Fortalecemos el servicio en encuentros anuales de Diaconía Ecuménica, encontradas con hermanas y hermanos, quienes sirven en diversas acciones de servicio.
Movimiento en defensa de los Ríos Libres; para que no se instalen más represas hidroeléctricas en los Ríos Paraná y Uruguay y ningún poder se apropie del bien común: el agua, el acuífero guaraní. Los testimonios de las familias relocalizadas y el desgarrador relato de quienes han sufrido la rotura de represas en territorios argentino y brasilero (Movimiento Atingidos por Barragens), enfatizan que es necesario insistir a los gobiernos para el uso de energías renovables que puedan convivir de forma armónica con la naturaleza. Anualmente, con motivo del día mundial de acción en defensa de los ríos (14/03) celebramos la Palabra, el canto y la hermandad en la frontera Brasil-Argentina en la defensa de los ríos y los ecosistemas de vida, de forma ecuménica y binacional, con participación de las iglesias católica, luterana y evangélica del Río de la Plata.
El servicio articulado, nos convida a ‘ir de dos en dos’ como propone Jesús a sus discípulos, una práctica que nos enriquece, fortalece la identidad en el encuentro, y promueve el ecumenismo de base. A su vez, nos interpela a la integridad de las luchas, en nuestras miradas y acciones micro y macro.
Dios nos dé ánimo para encontrarnos con la otredad, ir de dos en dos, acompañar las causas en defensa de la vida y salud integral, y así conocernos al andar, entonces seremos testigos de una casa común más justa y habitable para todas las personas, porque habremos comenzado en nuestras vidas contextuales y comunidades. Esa es la esperanza, el Evangelio nos anima. ¡Vamos!