LONDRES/Xinhua
La primera ministra de Reino Unido, Liz Truss, dimitió este jueves después de apenas un poco más de seis semanas en funciones, convirtiéndose en la persona con el menor tiempo en el cargo de primer ministro en la historia del país. En una declaración hecha frente al número 10 de Downing Street, dijo que habrá una elección del liderazgo “que se completará dentro de la semana próxima” y que se mantendrá como primera ministra interina hasta que se haya elegido a un sucesor. “Llegué al cargo en un momento de gran inestabilidad económica e internacional”, señaló. “Nuestro país ha sido contenido durante mucho tiempo por un bajo crecimiento económico. Fui elegida por el Partido Conservador con el mandato de cambiar esto… Sin embargo, reconozco que, debido a la situación, no puedo cumplir el mandato para el que fui elegida por el Partido Conservador”. La renuncia de Truss ocurrió después de que el minipresupuesto, el plan fiscal anunciado por su Gobierno el mes pasado, causó caos económico y la caída de la calificación en las encuestas del gobernante Partido Conservador.
El minipresupuesto, que contenía recortes fiscales financiados por la deuda, ha sido culpado de hundir a la libra esterlina a su nivel más bajo en 37 años frente al dólar, mientras que aumentó el costo de los préstamos públicos y de las tasas hipotecarias.
Uno de los principales artífices del plan, Kwasi Kwarteng, dejó su cargo como ministro de Economía la semana pasada. Su sucesor, Jeremy Hunt, anuló casi todos los recortes fiscales anunciados y limitó el tope del Gobierno al aumento de los precios de la energía.
Con su estrategia económica revertida y la salida de Kwarteng, el mandato de Truss como primera ministra había sido considerado insostenible. El miércoles, la ministra del Interior, Suella Braverman, renunció, señalando “graves preocupaciones” sobre la dirección del Gobierno de Truss.
El número de legisladores conservadores que demandaron públicamente la renuncia de Truss se multiplicó rápidamente a más de una docena esta mañana. Poco antes de su renuncia, Truss se reunió con Graham Brady, presidente de la bancada conservadora Comité 1922, que supervisa la elección de los líderes conservadores.
Los líderes de los tres mayores partidos de oposición, Keir Starmer del Partido Laborista, Ed Davey del Liberal Demócrata y Nicola Sturgeon del Partido Nacional Escocés, pidieron una elección general inmediata. Expertos dijeron a Xinhua que el drama en el 10 de Downing Street desde este verano no augura nada bueno para el Partido Conservador. Truss sucedió a Boris Johnson, quien se vio obligado a dimitir luego de que el apoyo para él se evaporó bajo su liderazgo plagado de escándalos.
“El impacto sobre el Partido Conservador en las últimas semanas va a ser bastante terrible para ellos porque ha expuesto enormes divisiones dentro del partido entre la izquierda y la derecha, entre quienes están a favor del Brexit y quienes están en contra, entre los que a veces son considerados como adultos y aquellos que quieren ser más radicales. Va a ser muy difícil recomponer todo eso de nuevo”, dijo el profesor Iain Begg de la escuela de Economía y Ciencias Políticas de Londres.
“Lo más probable para el Partido Conservador es que, a menos que haya un cambio dramático, sea derrotado muy seriamente por el Partido Laborista en una elección general”, pronosticó Begg.
Stuart Wilks-Heeg, un experto político de la Universidad de Liverpool, dijo: “Es realmente muy, muy difícil que los conservadores le den la vuela a la página a partir de aquí. El que puedan salvar la situación, incluso a un par de años para la próxima elección general, prácticamente sería inaudito”.
El caos en la escena política de Reino Unido tiene lugar en un momento en que la crisis del costo de la vida en el país sigue agravándose.