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Premio Cervantes 2014 a Juan Goytisolo

Álvaro Darío Lara

Escritor y poeta

Nutridos aplausos han sonado en el mundo entero, diagnosis especialmente en el de habla hispana, por el merecido reconocimiento al gran escritor, novelista e intelectual barcelonés Juan Goytisolo, al concedérsele el Premio Cervantes, el pasado 24 de noviembre. El premio Cervantes es –como sabemos-  el más importante  galardón literario de la lengua española.

Y es que Goytisolo, hermano en sangre y tinta de otros dos literatos: José Agustín (1928-1999) y Luis (1935), jamás ha pasado desapercibido, en el mundo de las letras y de la cultura, debido a dos cualidades esenciales en su quehacer y personalidad: su gran dominio de la bella expresión escrita, testimoniada en una obra donde abunda la narrativa, el ensayo y las memorias; y su carácter iconoclasta, que fluye en sus libros, explayándose además en una vida intensa y valiente, que desde edad temprana, desafió  a la acartonada España franquista, hundida en el pantano de la mediocridad cultural  y de la represión social y política.

No podría ser de otra manera, los Goytisolo perdieron a su madre, víctima al igual que muchísimos españoles, de los bombardeos que los “nacionales” hicieron a Barcelona y a otras ciudades y regiones de España, en la terrible guerra civil (1936-1939).

El exilio del joven Goytisolo tuvo como primera estación el mítico París de los años cincuenta, a donde llegaron los latinoamericanos que huían de las dictaduras militares, y los españoles que huían del nacionalcatolicismo , como tan bien lo adjetiva Mario Vargas Llosa. Y en verdad, a donde arribaba casi todo el mundo, sediento de libertad para dormir con quien deseara y  para escribir lo que le viniera en gana.

Ahora, después de tantos años, de aquel distante 1956, que marca su llegada a Francia, Goytisolo continúa viviendo en el exilio, afincado, ahora, en  Marrakech, importante ciudad de Marruecos. Hasta ahí le llegó la noticia que un jurado de notables hombres y mujeres de letras, había decidido poner en sus manos este importantísimo premio, que además del honor y la gloria, es acompañado de una dotación –nada despreciable- de 125.000 euros.  Lo digo porque a diferencia de la melodía que tan dulcemente cantaba Alcaraz y mi abuela materna,  el dinero, si no es toda la vida, por lo menos tiene el encanto- para muchos de nosotros- de hacernos más grata la existencia.

Agudo crítico de Occidente, Goytisolo ama la cultura árabe, y hace causa común con las banderas de numerosos grupos discriminados históricamente, de esta manera abraza las luchas de la mujer, las reivindicaciones de las llamadas minorías, los movimientos homosexuales y cuanta causa ponga al descubierto la violación de los derechos fundamentales de la persona, en cualquier latitud del planeta. Este es un ejemplo de renovado y moderno compromiso ético de un escritor del siglo XXI, más allá de las trampas ideológicas y políticas. Al final, es el ser humano, cuya dignidad debe defenderse tenazmente en cualquiera de los difíciles ámbitos actuales.

Vivimos tiempos tan dramáticos, cuyo cruel realismo nos impacta ineludiblemente. Ya sea en la abominable desaparición de los maestros rurales de Ayotzinapa, en Iguala, México, o en la impunidad racista de Misuri, Estados Unidos. Afortunadamente la conciencia de los jóvenes ha despertado ante los abusos del poder, y comienza a organizar su sólida protesta, desde las ciudades norteamericanas y mexicanas hasta Hong Kong.

En El Salvador, no se conoce a Goytisolo. Su obra –al igual que la de otra cantidad de autores- sigue siendo ignorada, incluso por muchos de los que dicen afanarse por pergeñar historias sobre cuartillas.

Que el Premio Cervantes de este moribundo 2014, nos invite al fabuloso y estremecedor encuentro con la producción del autor de la ya clásica y emblemática novela “Señas de identidad”.

Que así sea.

 

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Nacimiento. Fotografía de Rob Escobar. Portada Suplemento Cultural Tres Mil, sábado 21 de diciembre de 2024