Por: Iván Escobar
Cientos de personas se hicieron presentes a las dos presentaciones del libro “Yultajtaketzalis” (Palabras del Corazón), primer diccionario escrito por una nahuahablante, originaria de Santo Domingo de Guzmán, al occidente del departamento de Sonsonate, cuna de las últimas personas nativas que hablan uno de los idiomas originarios de El Salvador.
Si bien es cierto, en otras partes del país, sobre todo el occidente y algunas en la zona central hablan náhuat, es en Santo Domingo de Guzmán, donde se conserva aún la vertiente original, y puede ser escuchada de viva voz de las abuelas y abuelos que aún viven. La mayoría ya ha fallecido, por ello, la preocupación porque se rescate de forma escrita la lengua, es fundamental, expresa Héctor Martínez, promotor de la iniciativa y fundador del proyecto “Timumachtikan Nawat”.
Es así, como con apoyo de Héctor, Sixta Pérez, de 82 años, logró materializar todo su saber en torno a la lengua materna, “mi lengua, que hablamos con orgullo en nuestro pueblo, Santo Domingo de Guzmán, Witzapan”, comenta.
En su pueblo natal, el pasado viernes 3 de mayo, Nantzin Sixta presentó el libro. Muchos se hicieron presentes, y la mayoría adquirió un ejemplar, que en esta primera edición se difundió de forma gratuita como parte del acuerdo de Héctor y Nantzin Sixta, de que el proyecto no busca lucrarse sino la difusión, “el florecer del náhuat” como reiteran en cada encuentro.
El día sábado, 4 de mayo el auditorio “Ignacio Ellacuría” de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas”, recibió la delegación de Santo Domingo de Guzmán, las abuelas y abuelos acompañando a Nantzin Sixta, llegaron y se encontraron con una impresionante cantidad de personas, deseosas de adquirir el libro. Jóvenes, adultos mayores, hombres y mujeres, artistas, maestros y más llegaron puntuales y recibieron su ejemplar. Con esta entrega se agotó la primera edición impresa, la cual aseguraron los promotores de la iniciativa, contó con el respaldo de personas que donaron y otras que acompañaron el esfuerzo, entre ellos también destacaron el apoyo fundamental de la fundación Make Art Not War y AES El Salvador, quienes complementaron ese acuerpamiento necesario para materializar el conocimiento de Nantzin Sixta, hoy escrito en un volumen histórico y único, que reúne y deja plasmada “la vertiente de náhuat que se habla en Santo Domingo de Guzmán”, aclaró Héctor Martínez, quien reiteró que cada pueblo y región del país hablaba náhuat con sus propias características, lo cual lo hace valioso y rico como idioma natal.
Durante la actividad, se rindió un minuto de silencio a las abuelas y abuelos nahuahablantes que han fallecido, como el caso de Nantzin Anastasia López, quien falleció el pasado 2 de mayo, y quien apoyó el proyecto de formación de nuevos hablantes.
Dos generaciones un objetivo
Héctor y Nantzin Sixta representan dos generaciones con un solo objetivo. La generación de la abuela, que brinda el conocimiento y la enseñanza, está representada en Nantzin, al igual que en la cosmovisión indígena, la herencia de la palabra se delega en aquellas personas que sabrán darle el rumbo correcto. Héctor, es el joven que comentó que mantiene una amistad con las abuelas y abuelos, y de quienes ha sabido escucharles siempre. “Tengo cuatro años de trabajar con Héctor, la primera vez me decía: hagamos un libro. Así quedó – después entre los dos lo hemos trabajado…ha sido un trabajo enorme. Bienvenidos y gracias por estar aquí, hoy tienen este libro en sus manos”, expresó Nantzin Sixta Pérez.
Héctor añadió, durante la presentación, que el proyecto surgió hace cuatro años, “sin fondos, solo con el deseo de poder realizar este material…luego de tocar puertas se sumaron los patrocionadores…”. Y remarcó dos fechas importantes en el surgimiento y materialización del proyecto.
El libro comenzó a trabajarse desde el 22 de enero de 2023, es decir, el día que se conmemora la masacre indígena en El Salvador, y una de los factores para que en nuestro país la lengua ancestral comenzara a reprimirse y prohibirse. Además, la presentación del libro se logró hacer el 3 de mayo, “Día de la Cruz”, celebración sincrética, que reúne las culturas ancestrales y la cristiana, y que en la misma se celebra la llegada del invierno.
“En 1932 se intentaba silenciar a los pueblos indígenas, nosotros hoy iniciamos este trabajo…y el 3 de mayo, es porque queremos que el náhuat florezca con este material”, comparó Martínez.
“Yo no me avergüenzo de mi lengua”: Sixta Pérez
Nantzin Sixta Pérez habla firme y con autoridad. Recordó durante la presentación de su libro, que cuando ella comenzó a compartir sus enseñanzas de la lengua ancestral, fue crítica, siempre por el hecho de que en Santo Domingo de Guzmán se expresan algunas palabras de forma distinta. Pero no se detuvo, y continuó su labor de compartir y enseñar a los demás, sobre todo a las nuevas generaciones. Hoy dice que está satisfecha de lo recorrido.
“Yo así aprendí a hablar y mi náhuat no se me ha olvidado, quizá hasta que ya no pueda hablar. Milo náhuat lo tengo en mi corazón, y ahora ya también se los regalé a todas las personas que necesitan aprender”, expresó como autoridad sobre una generación deseosa de continuar los saberes.
“Yo nunca he hablado castilla desde mi niñez, porque mis padres, toda mi familia son de Santo Domingo de Guzmán, todos podíamos hablar náhuat…el náhuat no está muerto, el náhuat va a florecer, esa es mi idea que siga adelante”, dijo.
Y aquellos que no creyeron en sus esfuerzos, ahora les responde: “mis palabras no son locuras, mis palabras son cabales y legales, es lo que hablaba el pueblo de Santo Domingo de Guzmán y yo soy pura mingueña…adelante jóvenes agarren fuerza, si recibieron este libro, es para que sigan adelante. Yo no me avergüenzo. Y los que tomaron ese libro que les sirva como un recuerdo de esta anciana, algún día ya no voy a estar pero mis palabras quedan escritas”, concluyó Sixta Pérez, entre emociones y alegrías.
Al cierre de la jornada, firmó junto a Héctor, cientos de libros que fueron entregados a los asistentes.