Gloria Silvia Orellana
@GloriaCoLatino
Ricardo Navarro -presidente ejecutivo del CESTA- presentó una serie de recomendaciones al Gobierno y a los aspirantes a las nuevas diputaciones y gobiernos municipales, luego de las elecciones del próximo mes de febrero, en la que destacó la necesidad de contar con la “voluntad política” y una sociedad civil más organizada e informada sobre temas de nación.
Con un análisis breve del año 2020, Navarro señaló que fue difícil, ya sea por la extensión de meses en cuarentena o situaciones trágicas como los 85 millones de personas contagiadas a nivel mundial; de ellos, 1.9 millones fallecieron, lo que representa el 1.2 % de los contagiados que murieron.
“En El Salvador, de los 1,300 muertos de 46.000 contagiados representa el 2.8 %; o sea, hemos estado peor que el promedio de países a nivel planetario en el porcentaje de muertos por contagio. Somos un país con dificultades del Sistema Nacional de Salud; además, se tomaron decisiones malas que repercutieron; bueno, fue un año malo en el análisis global”, aseguró.
Navarro remarcó que la suma de algunos eventos naturales y de la emergencia sanitaria, que se vivieron el año pasado, tienen “un nombre y apellido”, -al explicar- que el país se encuentra en una etapa avanzada de la “crisis de la civilización” y que la pandemia por COVID-19 solo ha puesto la realidad en perspectiva, la que a futuro podría ser más grave.
“El año 2021, con el COVID-19, la gente lo está mirando con esperanza de que podamos tener una vacuna buena -ya hay muchas que se ofrecen-, pero creo que este año deberíamos retomarlo desde la perspectiva de poder cambiar nuestra relación con la naturaleza, para que no se vuelvan a repetir esta situación y las que están por venir -como quien dice- por inercia y podamos hacer frente de una forma que no sea tan dramática”, afirmó.
Sobre el presente año, el ecólogo sugirió que debe fortalecerse la idea de un “año de oportunidades”, alegando que la crisis sanitaria por la COVID-19, y las tormentas tropicales Amanda, Cristóbal, Eta e Iota, son el resultado de una relación negativa con el medioambiente.
“Tenemos que observar cómo funciona la naturaleza y, entonces, lograr acomodarnos en su funcionamiento, desde un programa a nivel nacional y, claro, a nivel internacional se pueden hacer muchas otras cosas, pero no podemos incidir de inmediato, ante países como Estados Unidos, Rusia o China, está difícil cambiar posturas o actitudes de otros Estados, pero sí podemos hacer algo a nivel nacional. Y lo que recomiendo es una estrategia para sobrevivir, es lo que nos toca a nosotros”, sostuvo.
Sobre los impactos negativos a la naturaleza, agregó que estos van a incidir casi de inmediato en la salud y en los territorios, en donde se encuentra la población. Porque depende de un medioambiente sano su subsistencia. Por tanto, consideró que el Gobierno del presidente Nayib Bukele debe tomar decisiones consensuadas e integrales, cuando se aborda la construcción de calles, urbanizaciones y la disposición de los desechos orgánicos.
“Comencemos con planes y estrategias como la conservación del agua, eso significa no seguir destruyendo zonas que recolectan agua lluvia; no destruir el medioambiente, como está sucediendo con la urbanización millonaria de Valle El Ángel (Apopa). El otro tema son los alimentos, allí hay mucha tela que cortar, porque perfectamente podemos producir buena parte de nuestros propios alimentos y en pequeñas extensiones, aún en los mismas hogares, en pequeños espacios se puede desarrollar toda una campaña de Huertos Urbanos”, indicó.
Mientras, en la zona rural, Navarro consideró importante inducir al pequeño agricultor sobre el cultivo de biodiversidad, en el entendido de que esto reduce la necesidad del uso de plaguicidas. Del cual, rechazó el uso “abusivo” que se realiza actualmente en cultivos como la caña de azúcar. “En la actualidad, ese cultivo no necesariamente forma parte de la dieta básica, como la caña de azúcar, que es utilizada en bebidas carbonatadas o se exporta para convertirla en combustible que utilizan otros países. Aquí hay prácticas de riego de pesticidas abusivas, utilizando avionetas y, claro, el veneno no cae solo al cultivo, sino a la gente, a los animales y la naturaleza; se debe dar un giro porque estas actividades deben realizarse en armonía con el planeta”, manifestó.
En cuanto al tratamiento de los desechos sólidos, Navarro reiteró el llamado a un cambio de actitud de la población y el Gobierno, dejando de depositar en el relleno sanitario de MIDES -que afirmó está a punto a terminar su vida útil-, pese a que los desperdicios orgánicos se puede utilizar en otras formas y el reciclaje para restos sólidos.
“Este fue un problema de salud permanente y también se prestó para que se diera boicot político, contra el alcalde de San Salvador (Ernesto Muyshondt), y que el edil denunció a su vez la participación en esas acciones los ministros Mario Durán (Gobernación) y Rolando Castro (Trabajo) del actual Gobierno. Entonces, para evitar todo eso, creo que los desechos orgánicos se pueden convertir en abono, como primer paso. Y eso significa que dos terceras partes de los desechos, en lugar de terminar en el botadero de basura, se convierta en fertilizante natural, un compostaje en donde las bacterias hacen el trabajo, luego que son enterrados los desechos. Todo lo que viene de los mercados municipales podrían aplicarlo en este manejo de los desechos”, puntualizó.