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El miércoles, un equipo internacional de científicos presenta la primera foto de un agujero negro, una hazaña que puede considerarse un logro histórico de la astrofísica. Este hito pone a prueba uno de los pilares de la física moderna: la teoría de la relatividad general de Albert Einstein, presentada en 1915.
Varias conferencias de prensa tienen lugar simultáneamente en Washington, Bruselas (Bélgica), Lyngby (Dinamarca), Santiago de Chile, Shanghái (China), Taipéi (Taiwán, China) y Tokio (Japón) para divulgar un «resultado de impacto» del proyecto Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT, por sus siglas en inglés), que tiene como objetivo observar directamente el entorno de un agujero negro con el uso de una red global de telescopios.
El proyecto EHT ha estado observando el corazón de nuestra galaxia en un intento de obtener una fotografía de la ubicación de Sagitario A*, el agujero negro supermasivo que se encuentra en el centro de la Vía Láctea, a unos 26.000 años luz de la Tierra. En el marco del proyecto, los científicos también han estudiado un agujero negro situado en el centro de la galaxia Messier 87 (M87), a unos 53 millones de años luz de la Tierra.
Hasta el momento nunca se ha visto una imagen real de un agujero negro, que supone deformaciones extremas en el espacio-tiempo tan fuertes que su gravedad masiva ni siquiera permite que la luz se escape una vez que se acerca lo suficiente.
Los agujeros negros son literalmente invisibles y absorben toda la radiación electromagnética, por lo que ninguno de los telescopios de los que dispone la humanidad (ya sean de radio, de rayos X, óptico o gamma) pueden detectarlos. Pero teóricamente es posible ver su horizonte de eventos, el punto más allá del cual ni la luz puede escapar debido a la intensa gravedad del agujero negro.