Colaboración Secultura
La Campana es la estructura más grande del Parque Arqueológico San Andrés. Posee una plataforma de 80 por 90 metros en los lados y 7 metros de alto. Sobre este basamento, hay una estructura piramidal de 13 metros de alto y 40 metros de diámetro. Tiene en total 20 metros de altura.
Gracias a un proyecto –de cinco años- dirigido por el Dr. Akira Ichikawa, profesor adjunto del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Nagoya, Japón; se realizan trabajos para preservar la pirámide, bajo la supervisión del Departamento de Arqueología de la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural y Natural de Secultura.
Los trabajos de conservación consisten en levantar paredes de contención pegados a la estructura original, utilizando piedras, adobes y repello de argamasa, materiales similares a los usados hace más de mil años para la construcción de La Campana.
“Quizás el otro año vamos a terminar todo el contorno de la estructura”, dijo Ichikawa, quien agregó que se busca “conservar la pirámide como parte de la valorización del parque, y en un futuro poder ampliar el área de acceso público”, ya que la zona donde se encuentra La Campana está cerrada a los visitantes.
Este es el tercer año en que el arqueólogo japonés trabaja en La Campana, los frutos son ya visibles, una parte -de poco más de un metro de altura- del costado norte de la pirámide, luce ahora como debió lucir al final del período Clásico, en el año 900 d. C., cuando ocurrió el colapso maya y San Andrés fue abandonada.
Este 2017, comenzaron los trabajos de conservación del lado sur, donde todavía se puede observar un fragmento de la argamasa original, piedras y bloques de toba o talpetate, que por el paso del tiempo se han deteriorado.
Como parte del proyecto, también se han iniciado excavaciones en la Estructura 6, identificada en los años 40. Hasta el momento se han descubierto “cinco cuerpos” o gradas que tienen intacto su repello original de argamasa y “adentro hay una habitación” que fue parte de una etapa constructiva anterior, explicó Ichikawa, quien trabaja con el apoyo del arqueólogo salvadoreño Juan Manuel Guerra.
Se estima que La Campana pudo haberse construido luego de la erupción del Ilopango (535 d. C.). Esta hipótesis surge de la investigación hecha al interior de la estructura, donde se excavó un pozo de prospección en el que se observan estratos de ceniza y tierra blanca, que podrían ser de ese evento volcánico.