Carlos Girón S.
Bueno, a estos señores como que el perico les ha comido la lengua; últimamente no hablan para nada, con tantos temas que hay en el tapete –apareció diciendo doña María, la vendedora de pupusas con loroco, en el ruedo del Ágora, punto de reunión de los filosofitos del pueblo.
— Es que todos pasan pegados a los celulares y las tablets y quizá ni en sus casas hablan con los otros miembros de la familia por estar en el mismo afán –respondió Filiberto, el sorbetero de carretón.
—Sí, niño, y es tal la gente que ni cuando está comiendo sueltan esos aparatos. Se echan un bocado y a chollar el dedo sobre la pantallita de los benditos aparatos que son computadoras miniatura –añadió Juana, la del canasto con bisutería y cosméticos para las damas.
–Ja, es divertido. Tienen para comprarse aparatitos de esos y no les alcanza para comprar ropa o alimentar bien a los cipotes –salió a opinar Julia, la vendedora del mercado.
–Y Tomás ¿qué tiene que decirnos?, está bien calladito –acotó Fidelina la vendedora del mango partido con alguashte, limón y chile.
— Tomás, el fontanero, se apresuró a hablar y dijo que estaba observando y valorando a ver quién de los presentes, hombre o mujer, pudiera tener cualidades o capacidad para lanzarse como pre-candidato, no para las curules legislativas ni los despachos municipales, sino para ser inquilino de la Casona.
— No friegue, don Tomás. Cómo se pone a pensar que de aquí puede salir alguien para aspirar a esos huesos tan carnudos, que llevan de por sí la tentación de robar en grande — le espetó Joaquín, el vendedor de billetes de lotería
— Si, pelados como somos todos aquí –dijo Pedro, el lustrador– qué dianches tendríamos chance de que nos tomaran en cuenta para propuestas de candidatos en cualquiera de los partidos en la contienda
— Es verdad –dijo Prudencio, el taxista a la orilla de la cuneta. Ahora la contienda se ha ido a las nubes. Para ser siquiera pre-elegible hay que tener buenos cuartillos, y digo eso por no decir millones, y muchos.
– No, no entiendo eso –dijo Guadalupe, otra vendedora del mercado; quienes generalmente corren por llegar a la Casona son fulanos pobretones que van con la idea fija de que allí “van a componerse”, no sólo ellos, sino sus familias y amigotes. Pero si yo ya tengo bastante plata, qué necesidad tengo de lanzarme tras la guayaba…
–No se engañe, señora, le señaló Julián, el vendedor de hot dogs. Acuérdese del dicho de que “dinero llama dinero”. Los que ya tienen, no están conformes, quieren enriquecerse más. Acuérdese que ya hubo más de alguno en los años recientes –agregó.
— ¡Ay señora! No ha comprendido usted, la jugada. Si yo tengo un platal y sueño con la Casona no es por nada más sino para lanzarme al “sacrificio de trabajar por el pueblo”, cambiar las cosas que no están bien, según ellos (aludiendo a la falsa crisis, que es prefabricada), le replicó Filadelfo.
–¡Ja! Dijo otra vez Julia. Salir a ensuciarse los pantalones al monte en los caseríos para hablar con la gente del pueblo, “mi gente”, ja, y ofrecerle cosas, ayudas que ya está dándoles el Gobierno y que jamás se acordaron otros de llevar esos beneficios a la pobrería, sino que prefirieron embolsarse los fondos que hubiera servido para ese propósito. A mí que no me cuenten cuentos, ja, dijo la Julia lanzando tamaña risotada….
–Bueno, miren, –agregó el sorbetero. Aparte de la Casona, no se olviden de las curules ni los cargos de concejales. Aquí hay también tela que cortar. Sepan que es hora de ningunear y rechazar a las momias del Congreso que quieren reengancharse después de dos, tres y hasta cuatro períodos que ya han estado guindados de la ubre de la vaca. Esas momias se han petrificado allí y no les basta; se creen que es una herencia perenne que alguien les dejó. ¡Que no amuelen!
–Juana dijo que las momias sienten fobia contra los elementos jóvenes, a quienes les cierran las puertas, pero éstos se alegran pues sienten que no es bueno buscar respaldo de partidos tan desprestigiado, en decadencia y autodestrucción, por la gresca entre sus potentados –lo cual consideran es ir a una derrota segura de quedarse en esa agrupación.
–Si quisieran una victoria segura deberían irse con el Frente –se asomó a decir el joven de talante universitario
–Allí no; en ese partido revolucionario no quieren gente contaminada, con mañas que, quieras que no, se pegan –se apresuró a decir Prudencio, el taxista.
–Revolucionario, no, porque no ha hecho ninguna guerra y puesto de cabeza a nuestro país –acotó el lustrador.
— ¡Cómo no! Sí, participó en una contienda armada, acuérdese, duró una docena de años, pero no asaltaron el poder –terció el universitario. Han llegado allí –agregó- por la libre voluntad del soberano –y no se equivocó. Seria una grave equivocación, eso sí, si se descuida y se deja engañar y estafar dando su voto equivocado por gente corrupta y ladrona.
–El taxista prosiguió diciendo: es revolucionario el partido por sus gobiernos que han hecho cambios radicales en la forma de gobernar, Gobiernan al servicio del pueblo. Le han dado gran ayuda en muchos sentidos a la gente más necesitada; han establecido programas sociales jamás vistos, tan excelentes que ahora pretenden llevarlos como promesa los que quieren la guayaba.
–Sánchez Cerén –apuntó el universitario– estableció la modalidad de “Gobernar con la gente” (no con “mi gente”), el “Buen Vivir”, y desde los primeros días de su gestión se ha mezclado con toda clase de personas, trabajadores, empleados, profesores, amas de casa, campesinos, en fin, con la gente que lo quiere y reconoce lo que ha hecho y está haciendo por el país, sin dejar atrás el exitoso proyecto de CIUDAD MUJER.
Prudencio se adelantó a decir que antes que se los madruguen, los del Frente ya deberían ir lanzando sus presuntos candidatos para las dos elecciones venideras.
El universitario respondió que los del Frente son prudentes –“sin agraviar a los presentes, dijo— porque no anuncian ni siquiera extraoficialmente a ninguno “para no quemarlos” en el camino.
La pupusera María cerró el coloquio diciendo que, de todas maneras, quienesquiera que sea o sean sus candidatos, o los otros, el Frente siempre ganará no sólo las próximas elecciones, sino muchas otras más en el futuro.
El pueblo los preferirá por su demostración de eficiencia y limpieza en servir a la Patria y sus ciudadanos, remató diciendo.
Todos en el Ágora Cuscatleca le aplaudieron reafirmando lo dicho por la María.
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