La Paz / AFP
Raul Burgoa / Francisco Jara
La presidenta autoproclamada interina de Bolivia, la derechista Jeanine Áñez, dijo el viernes que el exmandatario Evo Morales puede volver al país desde su exilio en México, pero si lo hace deberá «responder a la justicia» por irregularidades en los comicios de octubre y «denuncias de corrupción».
Además, el tercer día desde la autoproclamación, el nuevo gobierno interino en el país anunció a través de la canciller, Karen Longaric, la expulsión de todos los diplomáticos de Venezuela, así como la salida de Bolivia de los bloques políticos del ALBA y Unasur, en un giro de 180 grados respecto de la política de Morales.
Además, informó que Cuba repatriará desde este viernes de Bolivia a 725 cooperantes cubanos, principalmente médicos y maestros.
En su primera reunión con la prensa extranjera, Áñez dijo que Morales «se fue solo» de Bolivia y si vuelve «sabe que tiene que responder a la justicia».
«Hay un delito electoral, hay muchísimas denuncias de corrupción en su gobierno», indicó. Y agregó: «Él (Morales) tiene cuentas pendientes en el país».
El primer presidente indígena de Bolivia, que estuvo en el gobierno casi 14 años, dijo el miércoles en México que estaba dispuesto a regresar para «pacificar» a Bolivia y reiteró con su dimisión buscó detener la violencia.
Morales, que se encuentra asilado en México desde el martes, renunció el domingo tras perder el apoyo de las Fuerzas Armadas, al cabo de tres semanas de protestas por su cuestionada reelección en los comicios del 20 de octubre, plagados de «irregularidades» según una misión de auditoría de la OEA.
«Éste es un gobierno de transición», aseguró Áñez. «Yo me comprometo a llevar las elecciones transparentes», añadió, aunque aclaró que no sabe si podrán realizarse antes del 22 de enero, fecha en que culminaba el tercer mandato de Morales.
La presidenta no respondió cuánto tiempo podría quedarse en el poder, pero prometió «no avanzar a un autoritarismo». «Éste es un estado de derecho», expresó.
«Vamos a llegar a unas elecciones», tras el nombramiento de un nuevo órgano electoral, «y los bolivianos van a tener la oportunidad de elegir», indicó esta abogada de 52 años.
Morales, de 60 años, reconoció el jueves que pudo cometer «errores», pero no asumió ninguna responsabilidad en la crisis que lo llevó a renunciar, en entrevista con la cadena Televisa en México.
– «De momento, todo tranquilo» –
Las protestas que estallaron al día siguiente de los comicios y todavía continúan, han dejado un saldo de 10 muertos y más de 400 heridos, según cifras oficiales.
Una columna de partidarios de Morales, buena parte aymaras, marchaba desde la vecina ciudad de El Alto hacia La Paz este viernes para manifestarse cerca del Palacio Quemado (sede del gobierno), como en los dos días anteriores.
El jueves, medio centenar de militares reforzaron a la policía para resguardar el orden en la avenida El Prado, la principal de la ciudad.
«De momento está todo tranquilo, normal, pero vas a ver que los enfrentamientos van a empezar de nuevo», auguró Flavio Domínguez, un empleado de comercio de 55 años.
Las calles de acceso al Palacio están bloqueadas desde hace días con barricadas custodiadas por la policía.
Durante las primeras tres semanas, los que protestaban eran opositores de Morales, pero desde el domingo, tras su renuncia, son sus partidarios los que han salido a las calles y se han enfrentado con la policía.
– Entre tensiones y diálogo –
Áñez no respondió cómo abordará las relaciones con los demás poderes del Estado, que siguen en manos de partidarios de Morales, como es el caso del Congreso.
La mayoría socialista del Senado sesionó el jueves en la noche y escogió como nueva presidenta de esa cámara a Eva Copa, del Movimiento al Socialismo (MAS), pero Áñez dijo que esa elección será «impugnada», sin precisar quién lo hará.
«Tampoco lo habían hecho de la manera del reglamento», dijo Áñez, «no habrían conseguido el cuórum correspondiente, pero de igual manera la llevaron adelante» la elección de Copa. LA proclamación de Áñez como presidenta de Bolivia el martes también careció de cuórum parlamentario.
No obstante, Áñez dijo que «las negociaciones continúan» con el MAS, un día después de afirmar que este partido puede competir en las elecciones, pero no el expresidente.
En la víspera, el gobierno interino había anunciado la instalación de una mesa de diálogo con el partido de Morales para «pacificar el país».
La Unión Europea (UE) llamó a las «autoridades de transición» en Bolivia a «garantizar la paz y la seguridad» en el país y a celebrar unas «elecciones rápidas».
– Ruptura con la izquierda regional –
En tanto, el gobierno interino siguió marcando distancia del precedente: Longaric anunció la expulsión de todos los diplomáticos venezolanos, un día después de que La Paz reconociera al opositor Juan Guaidó como presidente encargado de Venezuela.
También informó que el gobierno destituyó a todos los embajadores bolivianos, con excepción de los representantes en el Vaticano y Perú.
Igualmente, desvinculó al país del Tratado del ALBA, bloque latinoamericano de países de izquierda, integrado además por Venezuela, Cuba y Nicaragua, así como de la Unión de Naciones Sudamericanas (Unasur), dijo la canciller. En oposición a este último, se lanzó este año en Chile un nuevo bloque sudamericano, llamado Prosur.
Longaric también anunció que Cuba repatriará a 725 «funcionarios de cooperación» de Bolivia, en su mayoría médicos y maestros, mientras Cuba denunció la detención de cuatro miembros de su brigada médica y exigió su inmediata liberación.
Contra grupos subversivos
La presidenta de facto de Bolivia, Jeanine Áñez, dijo este viernes que implementarán medidas para frenar a supuestos grupos subversivos en el país.
«Este Gobierno transitorio tiene como labor principal la de pacificar a nuestro país», señaló la autoproclamada presidenta interina desde el Palacio de Gobierno, en La Paz.