Buenos Aires/PL
El presidente argentino, prostate Mauricio Macri, eliminó un decreto que garantizaba desde 1984, con el retorno de la democracia, la conducción civil de las Fuerzas Armadas lo cual suena hoy la alarma en organizaciones ciudadanas y de derechos humanos.
El Decreto 721 de Macri anunciado en el Boletín Especial restituye a los militares un poder de autonomía que fue limitado por el entonces presidente Raúl Alfonsín con la disposición 436/1984, el cual determinaba un control civil sobre los cuerpos castrenses.
El diputado al Parlasur y exministro de Defensa, Agustín Rossi, expresó al diario Página 12 que es el retroceso más importante en la conducción civil de las Fuerzas Armadas al modificarse un precepto fundacional de la democracia.
La ordenanza de Macri les devuelve a los mandos la autonomía en la organización y dirección de cada fuerza y otorga a los militares poder sobre ascensos, traslados, designaciones, movimientos y contratación de personal docente para sus academias, entre otras prerrogativas.
En respuesta a Página 12, el actual director de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Defensa que dirige el exdiputado radical Julio Martínez minimizó la implicación de esa medida del Ejecutivo al decir que «no existe tal retirada del control civil sino que se trata de un reordenamiento de tareas administrativas».
En un comentario, la publicación señala que el cambio de paradigma en Defensa está teniendo distintos síntomas y el decreto que le restituye atribuciones a las Fuerzas Armadas es uno de ellos.
A eso se suma -añade- el acercamiento a Estados Unidos para estrechar vínculos bilaterales sumadas a las versiones no desmentidas oficialmente sobre la posible instalación de una base militar norteamericana en Tierra del Fuego, que son otras de las cuestiones más preocupantes.
«En términos políticos durante todos estos años la democracia fue generando la conducción civil de la Defensa, quitándoles márgenes de autonomía a las Fuerzas Armadas, con este decreto se vuelve a empoderar a los mandos militares», interpretó Rossi.
La disposición de Alfonsín de 1984 destinada a empoderar el aparato civil y la democracia estableció que toda decisión de los cuerpos militares debía pasar por la órbita del Presidente y el Ministerio de Defensa, señala la comentarista radial Marta Speroni.
Con eso se perseguía -explica- establecer un control civil sobre las Fuerzas Armadas para evitar que sostuvieran el poder que les permitió realizar operaciones contra gobiernos democráticos en décadas pasadas.
Alfonsín firmó el precepto en enero de 1984, momento del regreso de la democracia luego de la dictadura más sangrienta de la historia argentina.
«Antes de ese decreto, el país sufrió sucesivos golpes de estado desde 1930 hasta 1976», recuerda la comentarista.