César Villalona
Al cumplir cuatro años de su mandato, el presidente Bukele no presentó un balance de su gestión y se limitó a asegurar que ha derrotado a las pandillas, que reducirá la cantidad de municipios y de diputaciones y que combatirá la corrupción. O sea, mencionó un supuesto logro, anunció dos próximas decisiones e hizo una falsa promesa, pues el régimen que encabeza no puede combatir su propia corrupción.
Sabemos que el Gobierno no puede mostrar logros en los aspectos económicos y sociales. Pero el pueblo tiene derecho a saber por qué sus condiciones de vida se deterioran a pesar de que el Gobierno ha manejado alrededor de $30,000 millones de dólares (incluyendo deuda y donaciones) en tres años y 10 meses (junio de 2019 a abril de 2023).
Las cifras oficiales muestran un mal desempeño económico durante el actual Gobierno. Y este año la economía lleva un mal rumbo, pues hasta febrero el Índice de Volumen de Actividad Económica era de -0.1% y entre enero y hasta abril las exportaciones cayeron -4.6%, los ingresos tributarios disminuyeron 2.6%, el Gobierno solo ha ejecutado el 4.4% de la inversión programada, las importaciones de materias primas disminuyeron -19% y las de bienes de capital cayeron -3.3% en la industria, -19% en el agro y -2.7% en los servicios. Incluso, el medio circulante se redujo en -0.6% en el primer trimestre del año.
En ese contexto de baja producción no puede aumentar el empleo. Además, la contracción económica coincide con un alza desmedida de los precios. Entre mayo de 2019 y abril de 2023, el costo de la vida aumentó 25%.
Todo está caro, sobre todo los alimentos, servicios básicos, materiales de construcción y combustibles. Incluso, la tasa de interés sobre los créditos aumentó. Quien pagaba $300 por un crédito de más de un año y a interés variable, hoy paga entre $325 y $330.
La Encuesta de Hogares de Propósitos Múltiples de los años 2019 y 2022 muestran que en esos años empeoraron los servicios básicos y aumentó la pobreza, del 22.8% de los hogares al 26.6%; sobre todo creció la pobreza extrema (carencia de alimentos), en la que han caído 60,000 nuevas familias.
Durante la campaña electoral de 2019, el señor Bukele presentó un plan cargado de promesas. Pero a cuatro años de su mandato, el 96% del plan no se ha cumplido. Algunas promesas muy publicitadas y no realizadas son:
1. Creación de 4 sedes de la Universidad de El Salvador
2. Creación de metros elevados en San Salvador
3. Creación de un aeropuerto en el oriente
4. Inversión en nuevas fuentes de energía
5. Aumento de la producción de granos básicos
6. Desarrollo de la ganadería
7. Fomento de la inversión extranjera
8. Reforma tributaria progresiva
En cuatro años, el Gobierno solo ha ejecutado el 38% de la inversión aprobada. Ni siquiera se construyeron los hospitales de tercer y segundo nivel ni las unidades de salud ni los demás componentes del préstamo de $170 millones que dejó el Gobierno anterior. Este año, hasta abril, solo ha ejecutado el 4.4% del gasto de capital.
En educación, algunas promesas importantes y no cumplidas son:
1. “Acceso universal y gratuito a la educación”. El analfabetismo sigue en 10% y aumenta la deserción escolar.
2. Reparar 5,000 escuelas.
3. “Garantizar la nutrición en primera infancia” Ya no se entrega ni el vaso de leche.
4. “Dignificación del magisterio”. No se aplica el escalafón y las pensiones son indignas.
En salud, el Gobierno prometió fortalecer el presupuesto del primer nivel de atención, pero lo que hizo fue recortarle $13 millones, pues lo bajó de $312 millones en 2019 a $199 millones en 2023. Además, cerró 17 Equipos Comunitarios de Salud Familiar. La mortalidad materna, que entre 2008 y 2018 disminuyó de 49 a 26 por 100,000 nacidos y nacidas vivas, actualmente está en 67 por 100,000. El Gobierno no restableció la Operación Milagro (para curar enfermedades de la vista) y no les entrega la pensión de $50 a 37,000 personas pobres y mayores de 70 años, un programa iniciado en el primer Gobierno del FMLN.
El Gobierno de Bukele eliminó 15 de los 43 programas sociales y económicos desarrollados durante los Gobiernos del FMLN: Jóvenes con Todo, Ayuda Temporal al Ingreso, Proyecto VIDA (de reforestación), Acuicultura Familiar, Desarrollo Rural, entre otros.
Son muchos los indicadores económicos y sociales que muestran un deterioro de las condiciones de vida del pueblo. No es casual que la emigración se haya disparado (más de 500,000 personas) y que entre 2019 y 2022 la población residente en el país haya disminuido en 375,000 personas.
Lo que no ha dejado de crecer es la deuda pública, que aumentó en $5,900 millones (30%) entre diciembre de 2019 y marzo de 2023. O sea, que vivimos en un país donde crecen, al mismo tiempo, la deuda pública y la pobreza.
Estamos ante un régimen que concentra la riqueza en una minoría opulenta, a la que pertenece el propio clan familiar y empresarial que gobierna amparado en la ilegalidad, la represión y la manipulación.