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Presidente de Colombia visita Irlanda del Norte para aprender de su paz

Internet Presidente SantosPor Alfons Luna

Belfast/AFP

La legendaria Belfast, otrora escenario de 30 años de conflicto cruento entre católicos y protestantes, recibirá el jueves al presidente colombiano Juan Manuel Santos, que examinará de primera mano los frutos de la paz.

En la jornada que cierra la visita de Estado al Reino Unido del flamante Nobel de la Paz, y que contiene su capítulo político más significativo, Santos se entrevistará con dirigentes políticos y empresarios de Irlanda del Norte y visitará el centro comunitario de Girdwood, una de las antiguas áreas calientes de la ciudad.

Entre los líderes que se verán con el presidente colombiano está el hoy Viceministro Principal de la provincia británica, Martin McGuinness, otrora dirigente de la organización armada católica IRA (Ejército Republicano Irlandés), que en 1975 colocó una bomba en Londres cuya onda expansiva tiró al suelo al joven Santos.

En una entrevista con la BBC en setiembre, calificó de «anécdota» el episodio de la bomba, pero dijo que el proceso de paz norirlandés «fue una inspiración en muchos aspectos» para buscar la paz con las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) después de más de 50 años de guerra.

«Cuando vi a la reina dando la mano a un líder del IRA, me dije, ‘¡Dios mío, esto (la paz) es posible!'». narró.

Un proceso también recompensado con el Nobel

En uno de sus discursos durante la visita de Estado, Santos elogió «la determinación que tuvieron aquí para dialogar y poner fin al conflicto».

Desde Colombia, añadió, «esperamos contribuir al mundo de la misma manera: inspirando a otros», añadió.

Los encuentros con los políticos provinciales tendrán como escenario el castillo de Stormont, hoy sede del gobierno.

Irlanda del Norte vivió un sangriento conflicto sectario de 30 años entre católicos -partidarios de que la provincia se una a la República de Irlanda- y protestantes -unionistas y leales al Reino Unido-, que acabó en 1998 con el Acuerdo de paz de Viernes Santo.

A diferencia del de Colombia, el acuerdo norirlandés fue aprobado en referéndum a la primera con un apoyo del 71,1%.

Dos arquitectos de la reconciliación en Irlanda del Norte, el protestante David Trimble, dirigente del Partido Unionista del Úlster, y el líder católico nacionalista John Hume, fueron galardonados con el Nobel de la Paz en 1998, como lo acaba de ser Santos.

Dos conflictos diferentes, los mismos obstáculos para la paz

El conflicto norirlandés dejó cerca de 3.600 muertos, mientras el colombiano causó más de 260.000 y 6,9 millones de desplazados. Aunque las diferencias fueron notables, explicó a la AFP Quintin Oliver, de la organización Stratagem International, todos los procesos de paz se parecen.

«Las dinámicas de los conflictos comparten algunas cosas. Como la amargura de la gente, o la dificultad de pasar página», explicó.

Oliver cree que de haber perdido el referéndum, como le pasó a Santos, «las consecuencias hubieran sido catastróficas» por la fragilidad del proceso al principio.

«Pero en Colombia puede ser diferente, porque la participación fue baja» y «porque Santos y las FARC se han comportado con mucha madurez y pueden hallar soluciones dialogando con los votantes del ‘no'».

La lección que Santos puede aprender en Belfast es «la inclusividad», sostuvo. «La participación pública es muy importante. La sociedad civil, las víctimas, todo el mundo tiene que estar en la mesa de negociaciones. Por eso quizás la participación fue baja, la gente no estaba entusiasmada. Las negociaciones en La Habana fueron largas y complicadas, y la gente se mantuvo distante».

Al mismo tiempo, hay cosas dignas de elogio en el plan de paz colombiano, estimó, citando las disculpas pedidas por el líder de las FARC, Timoshenko. «Nosotros esperamos diez años», recordó.

Mucho dinero del gobierno para la paz

El Úlster ha prosperado gracias a la paz, que es uno de los argumentos más esgrimidos por Santos para reclamar lo mismo en Colombia, estimando que el crecimiento económico sería de 1% a 2% superior.

Sin embargo, hay matices, como citó recientemente en un informe del Instituto para la Paz George Mitchell,del senador estadounidense que tuvo un papel destacado en las negociaciones de paz.

Si por un lado la paz sirvió para integrar en la economía a la otrora marginada población católica, «la región sigue dependiendo enormemente de las subvenciones británicas y el sector público es la locomotora de la economía local», escribió Paul Teague, el autor.

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