La Paz / Prensa Latina
El presidente de Bolivia, Evo Morales, recordó cómo las transnacionales en el país engañaban al pueblo en complicidad con los gobiernos neoliberales.
‘Como hoy, 2006, se informó que según una auditoría, además de cobrar tarifas excesivas, Aguas del Illimani incumplía su contrato y no realizaba inversiones’, ejemplificó el mandatario en su cuenta en Twitter.
Mediante la red social, Morales reflexionó que ‘las transnacionales engañaban al pueblo en complicidad con los gobiernos neoliberales. Ahora el agua es un derecho humano’, destacó, e incluyó un reporte del periódico La Prensa de la época.
En primera página el medio titula Auditoría revela que AISA (Aguas de Illimani S.A., subsidiaria de la empresa francesa SUEZ, antes Lyonnaise des Eaux) no cumplió metas e invirtió poco, lo cual, entre otras, condujo a levantamientos populares contra la privatización del agua.
La primera de estas protestas aconteció en Cochabamba en abril de 2000 y la segunda en El Alto, en enero de 2005 aún con el gobierno del candidato opositor en las elecciones del pasado 20 de octubre por Comunidad Ciudadana (CC), Carlos Mesa, que llevó a la terminación de las dos concesiones.
La respuesta con la constitución de la Empresa Pública Social de Agua y Saneamiento (Epsas), sin embargo, fue criticada por interrupciones de abastecimiento, errores de facturación, subidas de tarifas y falta de preparación para situaciones de desastre o emergencia.
El 15 de febrero de 2008, dos años después de la victoria del Movimiento al Socialismo (MAS) y de Evo Morales, el presidente manifestó que ‘el agua no puede ser un negocio privado porque (si se convierte en una mercancía) se estaría violando los derechos humanos. El recurso agua debe ser un servicio público’, enfatizó.
El nuevo jefe de Estado creó un Ministerio de Agua y nombró como primer ministro de agua a un líder de las protestas en El Alto contra Aguas de Illimani, además como Vice-Ministro de Servicios Básicos a Luis Sánchez-Gómez Cuquerella, un activista de la lucha contra la privatización en Cochabamba.