Santiago de Chile/Prensa Latina
El Presidente Sebastián Piñera promulgó el viernes una controvertida ley que permite a millones de chilenos retirar un segundo 10 por ciento de sus ahorros depositados en las aseguradoras de fondos de pensiones (AFP).
Tras firmar el texto, esperado por todo el país, el mandatario dijo que los primeros pagos se podrán realizar a partir del 17 de diciembre, y aseguró que el Gobierno, el Banco Central, la Comisión para el Mercado Financiero y el Banco del Estado, trabajan con urgencia para que este retiro sea simple, rápido y seguro.
Añadió que al extraer sus ahorros, la población debe respetar las normas sanitarias y evitar aglomeraciones que puedan provocar mayores contagios de la Covid-19, y que se están tomando medidas para impedir actos de delincuencia.
Asimismo expresó que ‘estamos muy conscientes que un retiro anticipado de los ahorros previsionales tiene un efecto negativo en las pensiones de los actuales pensionados y de los futuros pensionados’.
Aunque el proyecto fue aprobado en ambas cámaras del Congreso Nacional con una amplia mayoría de votos, muchos legisladores advirtieron de esa situación, pero señalaron el retiro de fondos como una alternativa extrema para que las personas puedan enfrentar la difícil situación económica de miles familias provocada por la pandemia de Covid-19.
Esto, señalaron, fue la solución más expedita ante las tardías e insuficientes medidas de apoyo aplicadas por el gobierno, que además no llegaron a una gran cantidad de familias de los estratos más humildes y de la depauperada clase media.
Según lo previsto, más de 10 millones de personas están en condiciones de retirar fondos, y cada afiliado a las aseguradores de pensiones podrá extraer en esta ocasión, en dos cuotas, un máximo de 4,3 millones de pesos (unos cinco mil 600 dólares) por lo cual saldrán a la circulación alrededor de 19 mil millones de dólares.
Ante ese panorama, el Banco Central comunicó este viernes que implementará una serie de medidas para contener un posible aumento en la volatilidad de los mercados, tal como hizo en julio cuando se aprobó un primer retiro de fondos.
En aquella ocasión el gobierno, que siempre se ha opuesto a afectar el dinero en manos de las AFP, llegó a plantear que se hundiría la economía, pero contra esos augurios, la entrada de esos fondos a la circulación impulsó el consumo de las familias y dio un aire a la economía, en medio de una profunda contracción agudizada por la crisis sanitaria.