Por Florence Panoussian/Paula Carrillo/Bogotá/AFP
El presidente de Colombia, help Juan Manuel Santos, sickness propuso este miércoles una tregua bilateral con las FARC desde el 1 de enero, en medio del proceso de paz con esa guerrilla y horas después de reportarse la muerte de cuatro rebeldes en una operación militar.
El mandatario llamó a un «cese del fuego bilateral y verificado internacionalmente a partir del 1 de enero», en el marco de las negociaciones con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para acabar un conflicto de medio siglo, aunque condicionado a avances de esas pláticas en los próximos dos meses.
Santos aseguró desde la presidencial Casa de Nariño que una tregua bilateral en 2016, pedida por las FARC desde el inicio del proceso hace casi tres años, depende de los progresos en el punto de la agenda denominado «fin del conflicto», que incluye el abandono de las armas por parte de las FARC.
«Hagamos ese esfuerzo», dijo Santos, horas después de que su ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, anunciara la muerte de cuatro miembros de las FARC, principal grupo insurgente del país, en una operación de las fuerzas armadas.
La organización rebelde, que cuenta con unos 7.000 combatientes según cifras oficiales, cumple desde julio una tregua unilateral a la que el gobierno respondió con una suspensión de bombardeos que no implica, sin embargo, el cese de actividades contraguerrilleras terrestres.
En el departamento del Caquetá (suroeste), «fueron dados de baja cuatro guerrilleros de las FARC y dos más fueron capturados», afirmó Villegas, antes de la declaración de Santos.
Es el primer reporte de guerrilleros de las FARC abatidos en un operativo militar después de que en un histórico encuentro en La Habana, Santos y el líder de los rebeldes, Timoleón Jiménez, se comprometieran hace poco más de un mes a sellar la paz definitiva a más tardar el próximo 23 de marzo.
Entonces, el jefe de Estado, que desde el inicio de las negociaciones rechazó un alto al fuego bilateral por considerar que la guerrilla lo usaría para fortalecerse, ya había instado a negociar rápidamente una tregua de ambos bandos, aunque sin mencionar fechas.
«Tema avanzado»
El cese al fuego bilateral «es un tema avanzado», dijo este miércoles el jefe de la delegación de paz del gobierno en Cuba, Humberto de la Calle.
Representantes de la ONU y del gobierno de Uruguay, que ocupa la presidencia pro témpore de Unasur, participan en la mesa de negociación para establecer «cómo debería ser la verificación y el monitoreo» del alto el fuego, explicó a periodistas en Bogotá.
«Sería una de las operaciones de verificación y monitoreo más grandes del mundo», agregó.
Actualmente, en Cuba, una subcomisión discute características técnicas para implementar la tregua bilateral, en paralelo con el avance del espinoso punto sobre víctimas.
«Tanto el gobierno como las FARC se han dado cuenta de que el uso de la fuerza les causa más daño al proceso de paz y a ellos políticamente», dijo a la AFP el analista Jorge Restrepo, director del centro de estudios del conflicto Cerac.
«Es una jugada muy hábil del presidente», opinó.
Contra el ELN
Santos abona el terreno para acabar la conflagración con las FARC, mientras arrecia la ofensiva contra el Ejército de Liberación Nacional (ELN), luego de que este grupo guevarista atacara el lunes a un contingente militar que dejó, según el gobierno, 12 miembros de las fuerzas armadas muertos.
El ELN, con el que Santos sostiene conversaciones preliminares de paz desde enero de 2014 para sumarlo «al tren de la paz», se atribuyó el ataque, adjudicándose sin embargo 18 muertos.
El miércoles, al referirse al tema, el ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, declaró a periodistas que los insurgentes habían rodeado de minas antipersona los cadáveres de los uniformados para impedir su recuperación.
«A cada cuerpo se le rodeó de minas antipersona, con el fin de que quienes iban a hacer la labor humanitaria de recogerlos, también perecieran», aseguró Villegas, que consideró los hechos como «crímenes de guerra».
En el conflicto armado colombiano, que ha dejado al menos 220.000 muertos, han participado guerrillas de izquierda, paramilitares de derecha, fuerzas militares y bandas narcotraficantes.
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