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El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, llegó a suelo ruso el jueves, en visita oficial de tres días. El dos de noviembre el líder cubano se reunirá con el presidente de Rusia, Vladímir Putin, para abordar la cooperación bilateral en distintas esferas e intercambiar opiniones sobre problemas regionales y mundiales.
Hasta el momento se conoce poco sobre los detalles y la agenda de la reunión entre los mandatarios, pero el portavoz de Putin, Dmitri Peskov, ya ha adelantado que el presidente ruso y su homólogo cubano hablarán sobre la cooperación técnico-militar.
Por su parte, el vicepresidente del Consejo de Ministros de Cuba, Ricardo Cabrisas Ruiz, ha expresado la esperanza el martes de que ambos países avancen en la negociación de un acuerdo en materia de aeronavegabilidad y el fortalecimiento de cooperación en el sector aéreo y marítimo portuario.
Cabrisas Ruiz enfatizó las intenciones de su Gobierno de seguir desarrollando los lazos económicos y comerciales con Rusia mediante la participación de las empresas rusas y el Gobierno en el desarrollo de Cuba hasta 2030. “Es nuestro interés promover e incrementar la presencia de productos cubanos, tradicionales o no, en el mercado ruso, así como aumentar la exportación de los servicios de salud y productos de la industria médico farmacéutica y la Biotecnología”.
El vicepresidente del Consejo de Ministros cubano señaló que pronto en Rusia abrirá una oficina de BioCubaFarma y que entre las prioridades para La Habana está el proyecto de la creación de “una empresa mixta destinada a la fabricación de barras de fibras de vidrio en la zona especial de desarrollo Mariel”.
“Existen otros intereses a evaluar relacionados con los ascensores para los edificios altos y las baterías para equipos automotores e informáticos“, agregó Cabrisas Ruiz tras la sesión de la Comisión Intergubernamental ruso-cubana para la cooperación económico-comercial y científico-técnica.
Durante la XVI Sesión de la Comisión Intergubernamental, que se celebró en La Habana, Rusia y Cuba firmaron contratos por más de 260 millones de dólares.
Según detalló el viceprimer ministro ruso, se trata de contratos serios, como la modernización de tres unidades de generación eléctrica por valor de unos 100 millones de dólares, la segunda etapa de modernización de una planta metalúrgica, a la que se destinan unos 60 millones de dólares, y el suministro de vagones (más de 100 millones de dólares).