Berlín/Alemania/AFP
Mesut Özil, que anunció recientemente que no volverá a jugar con la Mannschaft, debió haber contado con más apoyo por «los ataques racistas» que recibió, reconoció este domingo Reinhard Grindel, presidente de la Federación Alemana de Fútbol (DFB).
«Debí haberme implicado más intensamente a la vista de los ataques racistas que sufrió por parte de algunas personas, y debí haberme interpuesto personalmente» para proteger a Özil, declaró Grindel al periódico Bild.
«Este tipo de ataques es algo inaceptable. Debí haberlo dicho con mayor claridad», añadió.
El 23 de julio, el centrocampista alemán de origen turco anunció su renuncia a la selección de Alemania debido al «racismo» presente en las críticas de las que fue víctima tras la eliminación de la Mannschaft en primera ronda del Mundial-2018.
El jugador se vio envuelto asimismo unas semanas antes en el foco de una polémica después de posar junto a su compañero Ilkay Gündogan con el presidente turco Tayyip Erdogan, lo que fue percibido por algunos como una falta de lealtad hacia Alemania.
Grindel rechazó sin embargo que Özil haya sido considerado como el chivo expiatorio de la prematura eliminación de Alemania durante el Mundial-2018.
«Nunca hice el menor comentario sobre sus actuaciones deportivas. Para mí siempre estuvo claro que perdemos juntos y ganamos juntos. Achacar la derrota a un solo jugador es absurdo», declaró.