Caralvá
Intimissimun
El día 6 de mayo 2022 en San Salvador, el presidente de México Andrés Manuel López Obrador se reunió con su homólogo Nayib Bukele, con temas trascendentales para nuestra región y México.
Durante décadas los esfuerzos para contener el “éxodo” ha sido un fracaso, no existe una sola familia en El Salvador que no conozca el tema migratorio de sus parientes, amigos o conocidos en la búsqueda del “sueño americano” desde el siglo pasado, es un objetivo de “realización generacional”, el abandono gubernamental es notorio, no ha existido un programa, proyecto, ministerio público o centro de estudios de migración que oriente a miles de aspirantes a desistir escapar “a cualquier costo” hacia Estados Unidos, de esa forma miles de salvadoreños han tomado el camino de la incertidumbre sin importar las consecuencias.
Durante los años sesenta y setenta se percibió una migración aventurera, en algunos casos programada puesto que la migración legal era flexible, no obstante a mediados de los años setenta la política migratoria fue cada vez más rigurosa con programas de inclusión laboral o de servicios, en esos años conocimos historias de puentes, túneles (que no eran de narcotraficantes), desiertos, capturas dentro del territorio estadounidense, violaciones de mujeres, una serie de atropellos criminales, coyotes que abandonaban a emigrantes, etc. eran tiempos donde la historia migratoria no tenía registros extremos en deportaciones, así los infractores insistían una y otra vez en su misión de ingreso, muchos de ellos lograron llegar, otros usaron mecanismos legales, pero la decisión de asumir el desafío siempre fue personal o familiar, cada ciudadano con su soledad angustiosa empeñaba todo, porque vivir en la nación es la ruina, el desempleo, inseguridad, falta de educación etc. así no hay futuro.
Durante los años ochenta la guerra movió a cientos de miles hacia el país del norte, además terremotos, desastres naturales, las condiciones de oportunidades también fueron negadas, aunque existieron grandes intentos de transformación, la Reforma Agraria fue injusta y empobreció a grandes sectores rurales, las cooperativas quebraron en los años siguientes, así como la economía nacionalizada con una moneda débil, la emigración fue incontenible, a riesgo y suerte individual.
De los años noventa al nuevo siglo, algunos cambios notables se percibieron con la caída de los precios del café, el abandono de sectores cafetaleros, el perdón de la deuda de acreedores, bancos en quiebra, etc. si algo ha sido constante en la sociedad salvadoreña es migrar.
El camino tampoco ha variado, se debe pasar por México, se debe recorrer su territorio, aunque una modalidad recurrente ha sido obtener visa de turista y afincarse en EEUU, así se construyeron familias con más de treinta años de residencia, aunque su legalidad sigue cuestionada.
Hasta aproximadamente un año, México propuso el Plan “Sembrando Vida” y “Jóvenes Construyendo Futuro” es una condición novedosa, única en su objetivo estratégico, al menos durante la administración de López Obrador y la Historia contribuye con esa causa, por los valores humanitarios del Acuerdo de Paz de 1992, porque no se puede ignorar la guerra civil debido a la ausencia de la democracia, así las causas de la migración son la negación de la realización humana en todos sus aspectos, no existe futuro sino pasa por las comunidades, ello se logra con paz social, hacer el “bien común” con garantías constitucionales.
La historia tiene vigencia en los Acuerdos de Paz por la estabilidad política que ha existido en los últimos treinta años, donde México y la Comunidad Internacional han contribuido significativamente, no debemos retornar a la crisis social del siglo pasado, no sobreviviríamos al impacto económico, al final todos perderíamos.
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