Por Jennifer González Covarrubias
México/AFP
El presidente de México, cialis sale Enrique Peña Nieto, clinic promulgó este lunes el marco regulatorio que pone en marcha su ambiciosa reforma energética, con la que cierra más de 76 años de monopolio estatal petrolero y espera la llegada de multimillonarias inversiones.
Ante centenares de políticos y personalidades, Peña Nieto avanzó en el Palacio Nacional medidas para aplicar cuanto antes la reforma, que dijo «representa un cambio histórico que acelerará el crecimiento económico y desarrollo» de México.
En un mensaje a la nación difundido horas más tarde, el mandatario prometió que «en los próximos años habrá más gas para generar electricidad a menor costo, y con ello, gradualmente disminuirán los precios de la luz y el gas que hoy pagan los negocios y hogares del país».
Con los votos del oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el conservador Partido Acción Nacional (PAN), la reforma energética fue aprobada en diciembre pasado y su marco regulatorio recibió la semana pasada la luz verde del Congreso, donde fue fuertemente rechazada por el izquierdista Partido de la Revolución Democrática (PRD, tercera fuerza).
La legislación, considerada la más trascendente de la presidencia de Peña Nieto (2012-2018), pone fin a 76 años de monopolio del gigante estatal Petróleos Mexicanos (Pemex) en la exploración y explotación de petróleo y gas, rubros en los que volverán a participar las compañías privadas nacionales y extranjeras.
«Promulgación del despojo»
El petróleo es considerado como un símbolo de la soberanía de México desde la expropiación y nacionalización de esa industria decretada en 1938.
Y esgrimiendo este argumento, la izquierda mexicana teme que la llegada de transnacionales derive en una privatización de buena parte de la renta petrolera de México, un país con alrededor de la mitad de sus 118 millones de habitantes en la pobreza.
El lunes se firmó «la promulgación del despojo a la nación, es la promulgación de la vergonzosa venta de garaje de nuestra riqueza petrolera a las compañías transnacionales», dijo Jesús Zambrano, presidente nacional del PRD.
Este partido promueve la celebración de una consulta popular en junio de 2015 sobre la reforma energética, para lo cual dice haber recaudado cerca de tres millones de firmas.
«Si usted está tan seguro, presidente Peña Nieto, de que estas reformas le van a servir al país (…) diga abiertamente que no se opone a una consulta popular y que la gente decida con un sí o un no el futuro de estas reformas, y veremos de qué tamaño está hecho el presidente de la República», desafió Zambrano al mandatario.
Por su parte, la ONG ecologista Greenpeace consideró que la reforma «representa un retroceso ambiental para México, toda vez que privilegia el interés económico a corto plazo por encima del desarrollo sustentable y duradero».
Reglamento, listo en octubre
Con la promulgación de nueve leyes nuevas y modificaciones a doce ya existentes ha quedado concluida la fase legislativa de la reforma energética.
Ahora sólo resta la creación de sus reglamentos por parte del Ejecutivo, que estarán concluidos en octubre, adelantó Peña Nieto.
Para acelerar la implementación de la reforma, el presidente adelantó una decena de medidas como la presentación este mismo miércoles -el plazo concluía a mediados de septiembre- de los resultados de la llamada «Ronda Cero»: las asignaciones de exploración y los campos de producción que conservará Pemex.
«Ello permitirá que los posibles inversionistas nacionales y extranjeros, puedan empezar a prepararse, desde ahora, para participar en la primera ronda de licitaciones, cuyas bases se publicarán en el primer trimestre del próximo año», avanzó Peña Nieto.
Además, el mismo miércoles Pemex dará también a conocer el contenido de la llamada «Ronda Uno», es decir, las primeras áreas en las que se asociará con otras compañías «a fin de fortalecer sus capacidades técnicas e incrementar sus niveles de producción y de restitución de reservas», agregó.
El presidente ha sostenido que la reforma dará un impulso a la decaída producción de crudo -que bajó desde los 3,4 millones de barriles diarios extraídos en 2004 a los actuales 2,47 millones-, con la exploración y explotación de petróleo en aguas profundas del Golfo de México, a donde la tecnología de Pemex no ha podido llegar hasta ahora.
La nueva legislación daría autonomía de presupuesto y gestión a Pemex y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) para poder competir en igualdad de condiciones con las compañías privadas. Además, Pemex reducirá paulatinamente la carga fiscal que entrega al Estado, que significa más de un tercio de los ingresos públicos de México, la segunda economía de América Latina.
«Culmina el trabajo legislativo del importante ciclo reformador que iniciamos el segundo día de esta administración, aquel 2 de diciembre de 2012», comentó Peña Nieto, quien pactó con las tres principales fuerzas políticas del país reformas de gran calado en materia educativa, fiscal, financiera, político-electoral, competencia y telecomunicaciones.