Damasco/AFP
El presidente sirio Bashar al Asad anunció este lunes su candidatura a la elección presidencial del 3 de junio, buy cialis rx que seguramente ganará, treat pese a la oposición de los países occidentales a estos
comicios organizados en las zonas controladas por el gobierno.
Asad, cuya familia está en el poder desde hace más de 40 años, ha decidido dirigir el país durante otros siete años, a pesar de tres años de guerra que dejaron unos 150.000 muertos y empujaron al éxodo a la mitad de la población.
Estos comicios ya fueron calificados de «farsa» y de «parodia de la democracia» por la oposición en el exilio y los países occidentales.
«Yo, el ciudadano Bashar Hafez al Asad, deseo presentar mi candidatura al puesto de presidente de la República siria», indicó en una carta leída por el presidente del Parlamento, Mohamad al Laham.
Es el séptimo candidato que se presenta, incluyendo a una mujer, en lo que teóricamente es la primera elección presidencial en más de medio siglo. Asad y su padre Hafez, que dirigió Siria con mano de hierro de 1970 a 2000, fueron nombrados después de un referéndum.
Pero el desenlace de estos comicios es previsible, ya que se desarrollará en las zonas totalmente controladas por el gobierno, o sea 40% del territorio donde vive 60% de la población, según el geógrafo francés especialista en Siria Fabrice Balanche.
Los seis «competidores» de Asad son desconocidos, pues a principios de marzo el Parlamento votó una ley que excluye en los hechos una candidatura de los opositores en el exilio.
Por otra parte, las autoridades prohibieron el derecho de voto a los refugiados que salieron ilegalmente del país, aunque autorizaron a los sirios que viven en el extranjero a votar «si su residencia es legal», según el presidente de la Comisión Electoral.
En realidad, sólo quedarán dos candidatos frente a Bashar al Asad, pues la ley electoral precisa que los candidatos deben obtener la firma de 35 diputados. Sin embargo, sólo hay 90 diputados «independientes» en los 250 parlamentarios, ya que el resto pertenece al partido Baas, en el poder desde hace medio siglo.
La oposición y los militantes criticaron los preparativos para estas elecciones, que calificaron de «puesta en escena» en las redes sociales.
«Esta farsa de elección es una pequeña parte de la gran injusticia que se hizo a los sirios, mientras el mundo (…) observa con los brazos cruzados», dijo a la AFP Mohamad, un militante en el sur de Damasco.
Por su parte, el gobierno quiere dar todas las apariencias de una elección presidencial «libre y transparente».
Tanto los países occidentales como la oposición siria piden la partida de Bashar al Asad como primer paso hacia una solución política en ese país.
Alemania consideró «aberrante» que se llevasen a cabo estos comicios, dada la situación actual.
La ONU criticó enérgicamente la decisión de Damasco de efectuar estas elecciones. Según el portavoz de la ONU Stéphane Dujarric, «semejante elección es incompatible con el espíritu y la letra del comunicado de Ginebra» sobre una transición democrática en Siria.
Las negociaciones llamadas de Ginebra entre el poder y la oposición, actualmente bloqueadas, se basaron en dicho comunicado.