México / AFP
El presidente mexicano, el izquierdista Andrés Manuel López Obrador, advirtió el miércoles que no es conveniente el cierre de la frontera entre México y Estados Unidos, después de que el mandatario estadounidense Donald Trump relanzara una nueva amenaza de cerrar los pasos fronterizos.
«No nos conviene a nadie el cierre de la frontera, no es lo más recomendable», dijo López Obrador en su conferencia matutina.
Trump urgió en Twitter la mañana de este miércoles al Congreso de su país a «reunirse inmediatamente» para eliminar «lagunas» en la frontera y repitió que su Estados Unidos atraviesa «una emergencia nacional» por la inmigración ilegal.
Sin embargo, López Obrador aseguró que «hay muy buena comunicación» con Estados Unidos.
«Nosotros estamos ayudando, lo vamos a seguir haciendo para que se evite un conflicto (…) Vamos a procurar distender este ambiente», acotó.
El martes, Trump bajó momentáneamente el tono de sus amagos al decir a la prensa que México «ha empezado a detener a mucha gente en su frontera sur».
Al respecto, López Obrador dijo que su gobierno «está actuando con mucha prudencia y sí se está buscando que se respete la ley» migratoria.
«Celebro que el gobierno de Estados Unidos reconozca que nosotros estamos ayudando», enalteció.
Pero en el Senado mexicano -donde el partido de López Obrador, Morena, tiene la mayoría- las advertencias de Trump provocaron un rechazo unísono.
Los senadores «repudiaron las expresiones vertidas» por Trump, que en el pasado han «incitado actitudes xenofóbicas y dado paso a crímenes de odio contra la comunidad hispana en Estados Unidos», enfatizaron los legisladores en una misiva enviada a Chuck Schumer, líder de la minoría demócrata en el Senado estadounidense.
Sobre la lentitud del paso de personas y mercancías que se registra en la frontera con Estados Unidos, derivada de la reasignación de centenares de funcionarios fronterizos para tramitar la llegada de migrantes, López Obrador aseguró que «no hay problemas graves».
Desde octubre pasado, miles de migrantes -mayoritariamente centroamericanos- han recorrido México en multitudinarias caravanas con la esperanza de llegar a Estados Unidos para pedir refugio.
A pesar de las políticas antimigratorias del gobierno estadounidense, el flujo incluso ha subido. En marzo aumentó de un promedio de entre 50.000 y 55.000 migrantes a poco más de 100.000, según datos oficiales de Estados Unidos.