Varsovia/AFP
Stanislaw Waszak
El presidente polaco Andrzej Duda firmó la ley sobre el Holocausto, destinada a proteger la imagen del país en el extranjero, lo que que ha causado fuertes tensiones con Israel, Estados Unidos y Ucrania.
La ley prevé penas de tres años de prisión para las personas, incluidos los extranjeros, que acusen «contrariamente a los hechos» a la nación o Estado polacos de su participación en los crímenes de la Alemania nazi.
«Decidí firmar la ley y luego transmitirla al Tribunal Constitucional», había declarado Duda a la televisión. «Es una solución que por un lado preserva los intereses de Polonia, nuestra dignidad y la verdad histórica, para que los juicios sobre nosotros en el mundo sean honestos, que se abstengan de difamarnos», añadió.
Duda demandó al Tribunal constitucional que verifique su conformidad con la ley fundamental en lo que concierne a la libertad de expresión, y de paso sobre la imposición de penas de prisión a quienes acusen al país en este aspecto.
El texto fue firmado, confirmó a la AFP el servicio de prensa de la presidencia polaca.
La ley puso a los conservadores nacionalistas, en el poder, frente al dilema de no aprobarla y ser acusados de haber cedido ante las presiones extranjeras o votarla y dañar las relaciones con Estados Unidos e Israel. Pero, para ellos era necesario desterrar expresiones como «campos de la muerte polacos», utilizada con frecuencia por políticos extranjeros que, según ellos, dañan la imagen de su país.
«Esta ley es sin fundamentos. No podemos cambiar la Historia y el Holocausto no puede negarse», había declarado el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. En cambio su ministerio de Exteriores fue más moderado y espera «cambios y correcciones» en el texto.
Dirigentes israelíes y de organizaciones judías internacionales ven en esto un intento, algo que Varsovia desmiente, de negar la participación de ciertos polacos en el Holocausto, e incluso impedir a los sobrevivientes poder contar su experiencia.
Estados Unidos, por su parte, expresó su temor sobre las «consecuencias» de esta ley y llamó a Polonia a reconsiderarla.
«Estamos de acuerdo en que expresiones como ‘campos de la muerte polacos’ son inexactas, y pueden inducir a errores y ser hirientes», declaró no obstante la portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, en un comunicado.
También Ucrania protestó por esta ley, puesto que la interpretación de un pasaje permitiría, por ejemplo, inculpar a quienes nieguen los crímenes de los nacionalistas ucranianos cometidos entre 1925 y 1950, que incluyeron a víctimas polacas en particular.
Seis millones de polacos, entre ellos tres millones de judíos, murieron durante la Segunda Guerra Mundial.
Durante la ocupación, Polonia fue el único territorio en el que los alemanes decretaron que cualquier ayuda para los judíos podía ser castigada con la muerte.