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Alma Vilches
@AlmaCoLatino
El presidente de la República, Salvador Sánchez Cerén, llegó ayer a Managua, Nicaragua, en atención a una invitación de su homólogo de Nicaragua, Daniel Ortega, para participar en las celebraciones del 37 aniversario de la derrota de la dictadura de los Somoza y el triunfo de la Revolución Sandinista.
El mandatario salvadoreño recibió una cálida bienvenida por parte del vicecanciller nicaragüense, Denis Moncada Colindres, en el Aeropuerto Internacional Augusto C. Sandino, desde donde envió un saludo fraterno al gobierno y al pueblo de Nicaragua.
Asimismo, destacó los históricos lazos que unen a las dos naciones desde tiempos de la independencia de España, los cuales se han fortalecido en los últimos años gracias a los vínculos de cooperación bilateral y la vocación integracionista de los dos pueblos.
A la vez, resaltó la importancia de la victoria del FSLN y el pueblo de Nicaragua sobre la cruel dictadura somocista el 19 de julio de 1979, pues significó también un nuevo aliento a todos los que luchan en América Latina y el mundo por la democracia, la libertad y la justicia social.
“Somos dos pueblos hermanos, Nicaragua y El Salvador. Nicaragua con la Revolución Sandinista inspiró la lucha salvadoreña, iniciamos un enorme movimiento a partir de la Revolución Sandinista y logramos también hacer esa transformación, derrotar las dictaduras, nosotros lo logramos a partir del 92, con la firma de los Acuerdos de Paz”, expresó el jefe de Estado. La plaza La Fe, de Managua, fue el escenario de los festejos por el triunfo de la Revolución Sandinista, en el cual participó el presidente Sánchez Cerén y otros invitados de gobiernos entre ellos el primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, Miguel Díaz-Canel; el expresidente de Honduras, Manuel Zelaya; Gustavo Carvajal Moreno, representante de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe (Coppal), y de organizaciones políticas y sociales del mundo.
El 19 de julio de 1979, el FSLN puso fin a la dictadura de Anastasio Somoza Debayle, el último de esa familia que ocupó el poder, y desde entonces emprendió una serie de cambios trascendentales en el país, como una campaña de alfabetización y una reforma agraria, entre otras acciones revolucionarias. Sin embargo, el FSLN perdió en las elecciones en 1990 ante una coalición que reunió a todas las fuerzas políticas opositoras.
Diecisiete años después, por la vía de las urnas, el Frente retornó al gobierno para iniciar una segunda etapa que muestra cambios sustanciales en todos los órdenes, aplaudidos y reconocidos por diversos países y organismos internacionales.
Actualmente, Nicaragua es considerado uno de los países más estables y seguros de la región, al tiempo que está en condiciones de despuntar como una de las economías más importantes de Centroamérica.
El gobierno de Nicaragua está a cargo de la presidencia pro témpore del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA), organismo desde donde se conducen los esfuerzos de unidad de la región para el bien de los pueblos.
