En la cárcel ilegal de Guantánamo todavía hay 155 prisioneros sin derechos humanos. José Mujica aceptó recibir a cinco de ellos como refugiados. Es un avance. ¿Cuándo cumplirá Obama su antigua promesa de cerrarla?
Emilio Marín
www.laarena.com.ar
El presidente uruguayo José Mujica fue detrás de Raúl Sendic uno de los líderes de Tupamaros. Padeció trece años de prisión, buy cialis parte de los cuales en un pozo, aislado, por decisión de los dictadores uruguayos. Esa experiencia personal y política lo marcó para el resto de su vida. Y entre las cosas positivas que pueden haber surgido de la misma está la decisión del 20 de marzo pasado, de dar refugio político a cinco presos que ya llevan 12 o más años presos en un pedazo de Cuba que Estados Unidos le robó en 1903.
«Mucho hemos criticado y seguiremos criticando al imperialismo yanqui, a sus abusos de poder, por acá y por allá. Eso es tangible, pero ante el esfuerzo por terminar una vergüenza no sólo de Estados Unidos, sino también de la Humanidad, Uruguay ofrece su ayuda. Ya 18 países aportan similar colaboración y son 89 los prisioneros sin causa que se han ido o se están yendo de Guantánamo», manifestó el mandatario, según Prensa Latina.
Ni juez ni fiscal
Informaciones coincidentes fueron aportadas por esa agencia, la revista Búsqueda y las declaraciones de Mujica y su programa «Habla el presidente», que va por Radio M24.
La fundamentación fue concreta. «Hay 120 tipos que están presos hace 13 años. No vieron un juez, no vieron un fiscal y el presidente de EEUU quiere sacarse ese problema de encima. El Senado le exige 60 cosas y entonces le pidió a un montón de países si podían darle refugio a algunos y yo le dije que sí», expresó.
Allí aparecen dos aspectos contradictorios. Uno, la durísima situación de derechos humanos que padecen los prisioneros, ameritaba una solución como la del ex tupamaro. El otro, el pedido de Barack Obama, quien debería haber cerrado esa cárcel ilegal tal como prometió en 2008 en su campaña electoral. Como no honró su palabra, ahora anda pidiendo colaboración a casi una veintena de países a ver si reciben prisioneros ilegales. No es la mejor solución política ni legal, pero desde el punto de vista de esos cautivos, es preferible opciones como la de Uruguay, de ir como refugiados, libres, con posibilidad de traer a sus familias, etc, antes que seguir en la tenebrosa cárcel de triste fama.
«La boleta»
La oposición charrúa cuestionó a Mujica. El diputado y precandidato presidencial por el Partido Nacional, Blanco, Luis Lacalle Pou, expresó que ponía en riesgo la seguridad del país al dar cobijo a acusados de terrorismo. Reclamó que el canciller Luis Almagro compareciera ante el Congreso para dar explicaciones.
Almagro manifestó que se había requerido información a Estados Unidos sobre esos cinco presos -cuatro sirios y un palestino- y aseguró que no tienen antecedentes de terrorismo. El canciller y Mujica apelaron a la historia del Uruguay, que había receptado perseguidos anarquistas y a otros militantes populares en varias oportunidades, así como a los tantos uruguayos que debieron asilarse debido a dictaduras militares-cívicas.
La pregunta que se hicieron fue si «Pepe» había pedido algo a cambio a Washington. El sospechado manifestó inicialmente: «yo tampoco hago favores gratis, paso la boleta». A renglón seguido aclaró que «esto hay que hacerlo porque sí». De todas maneras la duda quedó instalada.
Un par de días más tarde, en su audición radial, puntualizó: «No tenemos empacho en decir que le pedimos por favor al Gobierno norteamericano que haga lo posible porque esos dos o tres prisioneros cubanos, (que) hace muchos años que están allí, se busque la manera de liberarlos, porque también eso es una vergüenza».
Gesto
Y esto deja un saldo ampliamente favorable al gesto del ex tupamaro. Aceptó recibir a 5 presos de Guantánamo, a solicitud de Estados Unidos, pero en el mismo momento le pidió al presidente de ese país que libere a los tres cubanos presos allí desde 1998: Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero. Los otros dos cubanos, René González y Fernando González, ya están en La Habana, luego de cumplir más de 14 años y 15 años de cárcel, respectivamente. Se los conoce como los Cinco Cubanos presos en EEUU, donde estaban monitoreando a la mafia cubano-americana y tratando de prevenir sus atentados terroristas en Cuba.
Mujica, independientemente de la opinión que pueda merecerle a sus conciudadanos y al resto de los latinoamericanos, ha tenido un gesto de grandeza y coraje político, al pedir a su colega yanqui la liberación de esos cubanos. No son muchos los presidentes de la región que se atrevieron. Algunos y algunas todavía no aceptaron la solicitud de entrevista tramitada por las respectivas embajadas de Cuba y los familiares de los Cinco.
¿5 por 5?
Mujica le puso el cuerpo a ese reclamo y eso habla muy bien de él, independientemente de que sus críticos internos, de la derecha de blancos y colorados, y aún de izquierda, digan que su motivación era una invitación oficial a la Casa Blanca, lo que aparentemente ocurrirá en junio próximo.
Esos detractores dijeron que «Pepe» actuaba por su gran ego, luego que el Departamento de Estado de John Kerry y la embajadora de Estados Unidos en Montevideo, Julissa Reynoso, al explicar la recepción de los cinco de Guantánamo, lo calificaran de importante «líder regional».
Lo objetivo es que cinco presos, que llevaban 12 o 13 años en una cárcel ilegal, sin defensas judiciales ni derechos, etc. podrán llegar a un país sudamericano con estatus de refugiado, según puntualizó el ministro del Interior, Eduardo Bonomi a La República. «A ellos se les dará la libertad y Uruguay los recibirá en Uruguay, extendiéndoles un salvoconducto humanitario para que entren al país (…) los organismos internacionales correspondientes se harán garantes de su estadía», explicó el ministro.
Jugada
Puede ser pura casualidad o una jugada de Mujica, pero llama la atención que haya aceptado recibir a Cinco presos de Guantánamo, y en ese mismo acto reclamara la libertad de los Cinco cubanos presos en Estados Unidos.
¿Habrá sido una típica picardía oriental? Según el semanario Búsqueda, Mujica habría conversado con Raúl Castro sobre los pasos que estaba dando, durante su estadía en la isla con motivo de la Cumbre de la Celac, a fines de enero último. Ambos presidentes habrían estado de acuerdo. La información hay que tomarla con pinzas porque el director de esa revista es Claudio Paolillo, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa de la pro norteamericana SIP.
Podría ser cierto, porque a Cuba le conviene que lo de Guantánamo gane titulares en los medios del mundo, y mucho más si a raíz de eso un mandatario sudamericano se atreve a solicitarle a la Casa Blanca la liberación de los Cinco cubanos.
Tres reclamos
El gobierno cubano tiene un pliego reivindicativo de tres puntos que ha tratado de que Estados Unidos lo tome en cuenta, hasta ahora en vano.
El primero es que sean liberados Hernández, Labañino y Guerrero, presos desde el 12 de septiembre de 1998 y condenados en un juicio amañado, en Miami, sin pruebas en su contra. Ni un arma, ni una computadora con datos, ni un documento, nada. A lo sumo podrían haber sido condenados por ser agentes extranjeros no registrados, delito que tiene una pena máxima de diez años. ¡Y a Hernández lo condenaron a dos cadenas perpetuas más 15 años de prisión!
El segundo punto es que cierren Guantánamo. Es una prisión ilegal empleada por los Estados Unidos desde 2002 para llevar allí a secuestrados en Irak, Afganistán, Pakistán y otros países. Como los yanquis son hipócritas y presumen de democráticos, no quieren llevar prisioneros ilegales a su propio territorio. Y como son cobardes, no quieren juzgarlos ni condenarlos en casa, porque sea que les impongan la pena de muerte o bien de prisiones prolongadas, tienen pavor de motivar atentados terroristas tipo Al Qaeda. Entonces, dicen, que esos presos vayan a otro país: como presos a Guantánamo y luego de varios años, a Uruguay u otros destinos. Estados Unidos no se hace cargo de sus actos ilegales, por más que Obama firmó el 22 de enero de 2009 el decreto de cierre, que debía ejecutarse a más tardar doce meses más tarde. En esto como en tantas otras cosas, defraudó.
Y el tercer reclamo cubano es que Guantánamo, la base naval y el puerto, con sus alrededores, le sean devueltos por ser su legítimo dueño. Esta es una situación colonial, similar a la de Malvinas y Puerto Rico, que ofende a Latinoamérica y el Caribe.
Estados Unidos intervino en Cuba cuando los patriotas estaban ganando la guerra por la independencia contra España. Fruto de esa intervención militar y ocupación, surgió una republiqueta azucarera y semi colonial, que cedió Guantánamo a perpetuidad con el cargo de un arriendo de 2.000 dólares anuales, que la isla no acepta recibir desde el 1 de enero de 1959.
Sin matices
El 20 de enero de 2005, el lingüista estadounidense Noam Chomsky, los premios Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y Rigoberta Menchú, la premio Nobel de Literatura Nadine Gordimer (Sudáfrica) y el investigador francés Salim Lamrani, reclamaron a Washington que se fuera de Guantánamo. Eran tiempos de George Bush. Luego vino Obama, que tampoco se fue. Los matices entre republicanos y demócratas existen, pero en ciertos temas no se ven, ni aún usando la lupa muchos años y sin que se agote la paciencia.