Paris / AFP
Fabien Zamora
El presidente chino, Xi Jinping, y su homólogo francés, Emmanuel Macron, pidieron el lunes más cooperación entre la Unión Europea y China, en un momento de creciente nerviosismo por las enormes inversiones de Pekín en el continente.
En declaraciones en el Palacio del Elíseo después de las conversaciones que sostuvo con Xi, Macron pidió una «fuerte asociación Europa-China», y agregó que esto debe basarse en un «multilateralismo fuerte» y un comercio «justo y equilibrado».
Por su parte Xi dijo que «una Europa unida y próspera encaja con nuestra visión de un mundo multipolar», indicó.
«China siempre respaldará la integración europea y su desarrollo», agregó en un comunicado a la prensa.
Estas declaraciones siguieron a la firma de una docena de acuerdos sobre energía nuclear, intercambios culturales, energía limpia y un enorme contrato para comprar 300 aviones del conglomerado europeo Airbus, de ellos 290 de mediano alcance (A320) y otros 10 intercontinentales modelo A350.
La orden, originalmente de 184 A320 para 13 aerolíneas chinas, se anunció por primera vez durante la visita de estado de Macron a China en enero de 2018.
Todos los acuerdos, incluido uno sobre exportaciones francesas a China de pollo congelado, ascienden a un total de unos 40.000 millones de dólares.
Antes de las firma de estos acuerdos, ambos líderes se reunieron con sus esposas Peng Liyuan y Brigitte Macron frente a la tumba del Soldado Desconocido, poco más de un siglo después del fin de la Primera Guerra Mundial en la cual participaron 140.000 trabajadores chinos en Francia.
Por la noche ambos mandatarios participaron de una cena de Estado con 200 invitados, entre ellos los actores Alain Delon y Gong Li.
– Los derechos humanos –
Al margen de los eventos oficiales, varios centenares de representantes de las minorías «reprimidas» en China manifestaron en París con la esperanza de que se incluya el tema de los derechos humanos en la agenda de la visita del presidente Xi a Francia.
«Justicia por uigures», «detengan el genocidio», decían algunas pancartas. «Queremos que Emmanuel Macron evoque las violaciones de derechos humanos en China. No hay nada de ésto en la agenda», lamentó en declaraciones a la AFP una joven tibetana en una protesta de unas 500 personas en la plaza de los Derechos Humanos cerca de la Torre Eiffel.
Tras la firma de los acuerdos comerciales, Macron dijo que trasladó a su homólogo chino «las inquietudes» de Francia y Europa sobre el respeto de los derechos humanos en China.
«Tuvimos discusiones francas sobre este tema», dijo el presidente francés tras entrevistarse con Xi en París, refiriéndose a «las inquietudes(de Francia) y Europa sobre el tema del respeto a los derechos fundamentales en China», añadiendo que había abordado «varios casos individuales».
– Con Merkel y Juncker –
Este martes Macron y Xi tendrán un nuevo encuentro ampliado a la canciller alemana Angela Merkel y el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, para explorar «puntos de convergencia» antes de una cumbre UE-China el mes próximo en Bruselas.
En una entrevista con el periódico Nice-Matin, Macron aseguró que la «relación entre los dos países es uno de los elementos de recomposición de un nuevo multilateralismo (…) que nos permitirá establecer una definición conjunta de un nuevo orden internacional».
La minigira del presidente chino en Euroipa inició el viernes en Italia, que se convirtió en el primero de los miembros del G7 en firmar su participación en el megaproyecto de infraestructura chino «la nueva ruta de la seda».
Esta apertura italiana a las inversiones chinas, inquieta a varios líderes europeos, críticos hacia el gobierno populista italiano y temerosos de la creciente influencia de China.
– Desconfianza –
«Europa necesita rápido una estrategia para China», advirtió el comisario europeo alemán, Gunther Oettinger.
«En un mundo con gigantes como China, Rusia o un socio como Estados Unidos, sólo podemos sobrevivir si nos unimos como Unión Europea», declaró al periódico alemán Welt am Sonntag el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Heiko Maas.
La UE desconfía del gigante chino de las telecomunicaciones Huawei, que está bien posicionado para convertirse en un actor dominante de la telefonía móvil de quinta generación, 5G, a nivel global.
Estados Unidos presiona a sus aliados europeos para que no utilicen la tecnología de Huawei sosteniendo que constituye un riesgo a la seguridad.
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