En ese punto, insistirá en la conveniencia para ambas partes de reconocer y facilitar la doble nacionalidad a la masa de mexicanos en Estados Unidos, y en reciprocidad a los estadounidenses residentes en México, indican las fuentes.
López Obrador reiterará lo relacionado con el apoyo económico de Washington Unidos al Plan de Desarrollo de Centroamérica y el sur mexicano para atacar las causas del éxodo, mejorar las condiciones de los habitantes de esos países y estimularlos para no emigrar obligados sino voluntariamente.
Relacionado con ese asunto, también le planteará a su homólogo la creación de algún plan semejante al que se denominó Braceros en épocas pretéritas consistente en el uso de mano de obra mexicana y centroamericana en la agricultura estadounidense.
Es de suponer que Biden insista, por su parte, en el polémico y escabroso tema eléctrico en el que la norteña nación muestra reticencias a aceptar la reforma del sector que impulsa López Obrador para rescatar la soberanía nacional perdida a manos de empresas extranjeras, principalmente españolas y estadounidenses.
La reforma planteada por el mandatario mexicano incluye la eliminación de los multimillonarios subsidios a esas transnacionales y su poder monopólico en la distribución y venta de electricidad, y control tarifario. El asunto es parte de la agenda del Tratado de Libre Comercio con Canadá y Estados Unidos conocido como T-MEC.