@arpassv
Los partidos de derecha presionan al gobierno del Presidente Salvador Sánchez Cerén para que “corrija” su postura frente a la situación política de Venezuela. ARENA, GANA, PCN y PDC hacen frente común para exigir que El Salvador apoye los intentos de la Organización de Estados Americanos (OEA) de intervenir en los asuntos internos del país bolivariano.
Por insistencia de su secretario general Luis Almagro, la OEA intentó aprobar la aplicación de la Carta Democrática Interamericana a Venezuela: 20 países, encabezados por Estados Unidos, Brasil, Argentina y otros que también tienen gobiernos derechistas, lo intentaron en vano.
El Salvador fue -dignamente- uno de los países que abogaron por la no intervención en Venezuela y por el derecho de la nación sudamericana a resolver sus problemas sin injerencia externa, definir su futuro con autodeterminación y actuar soberana, libre e independientemente. Esta postura adoptaron también Bolivia, Ecuador, Haití, Nicaragua, República Dominicana y otros países del Caribe.
En su posicionamiento, el gobierno salvadoreño también acusó al secretario Almagro de tomar postura en favor de la oposición venezolana y de abandonar su rol de mediador en la solución de conflictos como la crisis política de Venezuela.
Y, a las reprobables presiones de la derecha partidaria (que junta controla la Asamblea Legislativa, el Poder Judicial, la Fiscalía y buena parte del mismo Ejecutivo), se suma el descarado chantaje estadounidense. Previo a la votación en la OEA, el senador republicano Marco Rubio amenazó abiertamente a El Salvador, Haití y República Dominicana con suspender la ayuda norteamericana si respaldaban a Venezuela.
En sintonía con las repudiables declaraciones del mencionado senador ultraderechista, la embajadora Jean Manes también afirmó después que nuestro país tendría costos por haber respaldado a Venezuela. Y, a partir de lo expresado por la diplomática estadounidense, los partidos de derecha incrementaron la presión al gobierno para que “rectifique”.
Pero la señora embajadora de Estados Unidos y sus lacayos de la derecha salvadoreña deben saber que no hay nada que “corregir” o “rectificar”. La postura salvadoreña en relación a la situación venezolana es correcta y digna.
En este espacio editorial respaldamos las posturas que abogan por la no intervención externa y por el diálogo en Venezuela. La soberanía, independencia y autodeterminación de los pueblos no deben ser vulneradas.