Por Karim Lebhour
Adis Abeba
Las fuertes presiones del Norte han hecho renunciar en Adís Abeba a los países del Sur a crear un organismo bajo el paraguas la ONU para luchar contra la evasión fiscal que les priva cada año de miles de millones de dólares en ingresos.
La creación de esta nueva instancia, que tendría por misión fijar nuevas reglas fiscales internacionales en la lucha contra los flujos ilícitos y la evasión fiscal, en particular de las multinacionales, ha dividido al Norte y al Sur en la tercera conferencia internacional sobre la financiación del desarrollo, que concluye este jueves en Adís Abeba.
Los países ricos estiman que la OCDE, que agrupa a los 34 países más avanzados, es el foro adecuado para debatir este asunto y fijar reglas. Un nuevo organismo bajo ONU amenazaría con perder agilidad, alegan.
«Estamos todos de acuerdo en que hay que hacer algo rápidamente contra la evasión fiscal. Necesitamos esos recursos para el desarrollo», aseguró el miércoles Annick Girardin, secretaria de Estado francesa encargada del desarrollo y de la francofonía.
Pero «la idea de este comité fiscal no nos parece muy práctica. La OCDE ya trabaja en ello. Podemos ir rápido y bien con la OCDE asociando a los países del Sur», explicó Girardin, para quien el sistema de Naciones Unidas «es mucho más pesado».
Los 134 países en desarrollo reunidos en el grupo del G77, liderados por India y Brasil, y numerosas ONG, discrepan de esta posición.
Su idea era poner fin a las prácticas de las multinacionales que eluden pagar impuestos en los países donde operan, a menudo refugiándose en paraísos fiscales.
Estas prácticas privan cada años a estos países de cerca de 100.000 millones de dólares, según la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo (CNUCD).
‘Apuesta muy política’
Ante la inflexibilidad de los países del Norte, con Estados Unidos y Reino Unido al frente, los países en desarrollo han abandonado su reivindicación, debido sobre todo a los insistentes llamados de Etiopía, anfitrión de la conferencia, que temía un fracaso de la reunión.
El texto final, acordado por las partes y del que la AFP obtuvo una copia, contempla que los expertos del modesto Comité sobre Cooperación Internacional en Materia Fiscal, que ya existe en el seno de la ONU y que desempeña un papel meramente consultivo, sean designados «por los gobiernos» y seleccionados «según una distribución geográfica equilibrada».
«Estados Unidos y Europa han logrado mantener el control del sistema de gobernanza mundial, del que forma parte la fiscalidad. Era importante para los países en desarrollo tener una voz en estos asuntos. El mundo de Bretton Woods [el sistema financiero mundial establecido en 1944] queda preservado. No ha cambiado nada», lamenta Lucie Watrinet, de la organización CCFD-Tierra Solidaria, coordinadora de la Plataforma Paraísos fiscales y judiciales.
Para muchos participantes y diplomáticos, los países del G77 veían en la creación de una nueva instancia una forma de oponerse al dominio de los países occidentales en la creación de reglas internacionales.
«Esto se ha convertido en un asunto muy político. Es comprensible que los países en desarrollo prefieran un organismo fiscal intergubernamental a que la OCDE les diga lo que tienen que hacer. Aunque es más difícil decir si esta instancia de la ONU sería realmente eficaz para generar más ingresos fiscales en estos países», considera Paddy Carter, investigador en el Overseas Development Institute (ODI), un grupo de reflexión británico especializado en asuntos del desarrollo.
El compromiso alcanzado retira en todo caso el último obstáculo a la adopción de la declaración final de la conferencia de Adis Abeba este jueves, una hoja de ruta para la financiación de los nuevos Objetivos del Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas (ODS).
Entre estos destaca la erradicación de la extrema pobreza para 2030 y la promoción del crecimiento respetuoso con el medio ambiente y la lucha contra el cambio climático.